El Síndic de Greuges cree que las poblaciones rurales y pueblos despoblados «son espacios magníficos para acoger a familias de refugiados que inviertan los procesos de despoblamiento y refuercen las dinámicas de solidaridad interpersonal». El Defensor del Pueblo valenciano pone como ejemplos «las experiencias exitosas de acogida que realizaron pueblos de la montaña de Alicante a familias bosnias durante la Guerra de los Balcanes».