Un paseo por la avenida de Niza en la playa de San Juan puede llegar a ser una práctica de riesgo en función del tramo que se visite. Así, frente a la parte de la avenida situada entre la avenida de Bruselas y la calle Irlanda recientemente remodelada, con columpios, muros y mobiliario urbano nuevo, en el tramo de paseo entre la calle Irlanda y la calle Países Escandinavos hay unos cien metros que dan vergüenza, sobre todo a cinco días del arranque de la Semana Santa y la previsible llegada de miles de turistas a la playa de San Juan. El problema no es sólo de imagen, grave en una ciudad turística como Alicante, sino sobre todo de seguridad debido al deterioro de la madera que sirve de banco en todo el muro del paseo. Tablas combadas y astilladas, secas por falta de mantenimiento, pueden arañar o cortar a cualquiera que se siente a descansar, y lo que es peor, con tablas desprendidas y clavos al aire evidentemente peligrosos. Los desprendimientos en partes del muro ponen la puntilla a la imagen de abandono de este tramo de la avenida.

Las obras de remodelación del tramo a partir de la calle Irlanda que acabaron hace un año costaron 1,5 millones pero se limitaron a una parte de la avenida mientras que el abandono y la falta de mantenimiento de otros tramos resulta obvio. Curiosamente, la parte de la bancada más deteriorada se encuentra justo delante de la Oficina de Información Turística de la playa.

La portavoz adjunta del PP, Mari Carmen de España, criticó ayer el «deplorable estado» en el que se encuentran las infraestructuras turísticas de la ciudad. «A las puertas del inicio de la temporada de Semana Santa el paseo de la playa de San Juan no podía estar peor, siendo incluso peligroso para turistas y alicantinos que durante estos días quieran disfrutar de su tiempo de ocio», ha afirmado. «Esta es una prueba más de la paralización total de la gestión en la ciudad», ha señalado De España, quien ha pedido a la edil Eva Montesinos «que más que estar preocupándose por intentar ser alcaldesa, se interese por tener las playas en condiciones para que los turistas y vecinos puedan disfrutar de las mismas durante esta Semana Santa». «El deterioro de las infraestructuras, con la existencia de clavos oxidados al aire libre y la rotura de bloques de madera de los bancos en el paseo de la playa, pueden terminar convirtiendo un día de disfrute de las familias en una pesadilla que puede acabar en el hospital», ha remarcado De España.