Tregua para el alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri. A apenas dos días de iniciar la que posiblemente será la semana más difícil de su carrera política, Echávarri buscó refugio en una batalla mucho más lúdica, la de las Fallas de València y pudo desconectar antes de todo lo que se le viene encima: las negociaciones para dejar el poder mediante un pacto entre distintas fuerzas políticas que convierta en alcaldesa a su número dos, Eva Montesinos; la inviable moción de censura con la que ha amagado el PP; o la cada vez más complicada situación del munícipe ante los juzgados.

Como marcan los cánones del protocolo, Echávarri posó en el despacho más noble de las Fallas, el balcón del Ayuntamiento de València, junto al presidente de la Fedederació de Fogueres, Manolo Jiménez, la Bellea del Foc, Sofía Escoda y la infantil, Martina Núñez.

Mientras, en Alicante continuaba el intenso pulso político: el PP desgranaba sus prioridades de gobierno en el quimérico caso de que la moción prospere y presionaba a Ciudadanos para que se una a una iniciativa que por el momento rechazan tanto la propia formación naranja como todas las fuerzas políticas de la izquierda.