Gabriel Echávarri no entró ayer a valorar personalmente la decisión del fiscal de pedir a la juez que le procese por el despido de la cuñada del portavoz del PP, Luis Barcala, al tiempo que ha solicitado el archivo del caso para el concejal de Recursos Humanos, Carlos Giménez, al considerar que éste se limitó a obedecer una orden del alcalde.

Fuentes de Alcaldía, sin embargo, sí señalaron al mediodía que no podían valorar la decisión del fiscal «porque ni siquiera tenemos el escrito, algo que provoca cierta incertidumbre», aunque añadieron que «comprendemos que la labor del fiscal es acusar. El escrito es la respuesta a la petición de sobreseimiento del abogado y entra dentro de lo lógico que el fiscal se reafirme en su postura inicial».

Con respecto a la decisión del fiscal de pedir el archivo del caso para el concejal de Recursos Humanos, las mismas fuentes han considerado que «el hecho de que el fiscal decida no acusar a Carlos Giménez es una muy buena noticia, a nivel personal, obviamente, y también en lo que a la situación del alcalde se refiere». En este sentido, el entorno del alcalde en el Ayuntamiento cree que «si el decreto que firmó el concejal era legal, se refuerza la tesis que siempre hemos mantenido de que "el despido era legal" y así se acabará demostrando».

Por último, desde Alcaldía se insinúa que la decisión del fiscal en este momento puede tener algún tipo de intencionalidad. Concretamente estas fuentes han señalado que «no ocultamos nuestra sorpresa por la fecha elegida para hacer público el escrito, aunque seguramente sea casualidad», indican con ironía.

La decisión del fiscal hecha pública ayer supone un nuevo varapalo para el primer edil que se une a la decisión de la Audiencia Provincial la semana pasada de desestimar su recurso contra el procesamiento por el presunto fraccionamiento de Contratos en el área de Comercio y que ha dejado a Echávarri a un paso del banquillo. Para el alcalde, la situación es cada día más difícil y, de hecho, y por primera vez, admitió ayer la posibilidad de dejar su cargo condicionando su dimisión a que su número dos, Eva Montesinos, le releve al frente del gobierno Local. Las exigencias del alcalde en este sentido no fueron bien acogidas por la oposición que considera que no está legitimado para imponer nada. El varapalo del fiscal de ayer no hace sino marcar un paso más en el via crucis de Echávarri.