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El Júcar da marcha atrás y paraliza los desembalses en Amadorio y Guadalest

La CHJ deja de sacar agua de las presas y se enfrenta ahora a un recurso ante el TS de los regantes y el Consorcio de la Marina Baixa

El Júcar da marcha atrás y paraliza los desembalses en Amadorio y Guadalest

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El Júcar da marcha atrás y paraliza los desembalses en Amadorio y Guadalest F. J. Benito

La Confederación Hidrográfica del Júcar ha cedido a la presión social y ha parado el desembalse de 120 litros de agua por segundo de las presas de Amadorio y Guadalest con los que quería crear caudales ecológicos artificiales en los ríos-rambla vinculados a los embalses. La presión de los regantes, del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa (apoyado por la patronal turística Hosbec), y el recurso en el Tribunal Supremo de la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó -entidad a la que está adscrito el Consorcio- contra el plan hidrológico del Júcar, que incluye un duro informe del catedrático Antonio Gil Olcina, han hecho que la Confederación rectifique y aplace una medida que había creado incluso alarma social.

Los embalses están al 50% y la provincia entra ahora en un periodo del año marcado por la falta de lluvias, por lo que la iniciativa, apoyada jurídicamente por el actual plan hidrológico de la cuenca, podría poner en riesgo el abastecimiento agrícola y al turismo el próximo verano cuando poblaciones como Benidorm triplican su consumo de agua.

La intención de la Confederación Hidrográfica del Júcar hubiera supuesto el desembalse de hasta 3,7 hm³ de agua al año para crear cauces artificiales en unos ríos que por su condición orográfica y climática están sometidos a las sequías; y entre dos y tres años de cada diez, lo normal y natural es que no lleven agua. En principio, la Confederación del Júcar planteó desembalsar 240 litros por segundo, pero las protestas del Consorcio rebajaron la cantidad a la mitad y ahora mismo se ha parado.

En el trasfondo de la operación para «vaciar» los embalses de Amadorio y Guadalest (presas que se abastecen a su vez de manera artificial al recibir bombeos del río Algar), vuelve a aparecer, por otro lado, la desaladora de Mutxamel. Una infraestructura parada, que costó 90 millones de euros, y que el Ministerio de Agricultura incorporó a la solución del trasvase Júcar-Vinalopó para abastecer a los municipios de l'Alacantí y la Marina Baixa. Eso sí, triplicando el precio del agua. Según los cálculos del Instituto Universitario de Geografía de la Universidad de Alicante, sustituir el agua que se pretende verter a los ríos Amadorio y Guadalest para crear caudales ecológicos supondría un coste de 2,6 millones de euros al año en agua desalada.

Para colmo, la Marina Baixa y, por ende l'Alacantí y el sur de la provincia de Alicante, siguen pagando la falta de inversiones en infraestructuras hidráulicas de almacenamiento y distribución de agua, hasta el punto de que el año pasado se perdieron en el mar más 100 hm³ de agua caídos en dos meses debido las borrascas que barrieron la Marina Baixa durante el invierno. El trasvase Fenollar-Amadorio que se construyó en los años 80 para evitar situaciones como las de los barcos cisterna abasteciendo a Benidorm en 1978 -algo que provocó la pérdida del mercado turístico alemán que tanto costaría recuperar- sigue sin ser rerversible y, además, vuelve a presentar problemas a lo largo de 20 kilómetros donde la tubería de hormigón recubierta con chapa amenaza con hundirse por falta de mantenimiento. Con todo, la situación actual, pese a la carencia de infraestructuras, no es la misma que hace 40 años (1978) por lo que la solución barcos-cisterna es imposible que se produzca al contar, paradójicamente, con la desaladora de Mutxamel, extraordinario complemento pero no la solución como se transmite en muchas ocasiones desde el Ministerio.

El Consorcio de Aguas de la Marina Baixa lleva luchando, por otro lado, desde el año 2000 para evitar que en septiembre tengan que desembalsar agua obligatoriamente en prevención de riadas. Los técnicos consideran que al ser presas de hormigón no tendrían problemas como en el pantano de Tous.

Artificial

La Confederación del Júcar pretende soltar agua desde los embalses de Guadalest y Amadorio con el pretexto de que son caudales ecológicos, cuando la realidad es que no es así. Durante amplios periodos de tiempo sus cauces quedan secos, sencillamente porque no se producen lluvias y deja de circular agua. Son ríos-rambla, con un régimen pluvial mediterráneo. Cuando se producen lluvias se activa la escorrentía, y durante periodos secos deja de circular el agua. Además, los recursos que almacenan estos embalses proceden principalmente, de los bombeos que paga y realiza el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa desde la estación de bombeo del Algar a Guadalest y otro bombeo desde el río Torres al embalse de Amadorio, gracias a la existencia del Canal Bajo del Algar, que es de los regantes, que la ceden al Consorcio de Aguas de la Marina Baixa. Ayer, la cuenca del Júcar almacenaba 957 hm3, por los 1.264 hm3 del año pasado. Está al 20%.

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