El exsenador Ángel Franco ya tiene en su mano retener el control de la agrupación de Alicante con la candidatura de Miguel Millana, conseller hace 35 años con Joan Lerma y que será el aspirante «oficialista» a relevar al alcalde Gabriel Echávarri en la agrupación socialista de la capital. «Mi objetivo es impulsar al partido en una situación muy complicada y difícil a la vez que apoyar al grupo municipal», explicó Millana a este periódico antes de ratificar que abrirá un periodo de consultas con los militantes para perfilar una alternativa que está completamente vinculada a la estrategia de Franco y que cuenta con el visto bueno de los colaboradores de Echávarri. Así que la opción de buscar una tercera vía con un liderazgo de consenso, de perfil técnico y sin aspiraciones para la candidatura municipal de 2019 -«ni estoy en eso, ni entra en mis planes», ratificó Millana- parece haberse impuesto, a diez días de la asamblea, en las negociaciones para cuadrar el relevo del alcalde en el liderazgo de la agrupación socialista de Alicante.

El elegido por los afines a Franco y Echávarri, mayoritarios en las últimas contiendas internas en la agrupación salvo en la votación que enfrentó a Pedro Sánchez y Susana Díaz, es el economista Miguel Millana. Vicesecretario en la ejecutiva local a propuesta del primer edil y colocado por Ángel Franco en la dirección de Ximo Puig durante el último congreso aunque en una secretaría de segundo orden, Millana fue conseller de Trabajo, Sanidad y Seguridad y Seguridad Social entre junio de 1983 y julio de 1985, hace nada menos que tres décadas y media. Ya se ha lanzado a sondear a las familias del partido -«voy a abrir consultas con todo el mundo», apuntó- para concitar el mayor número de apoyos y sortear así que la asamblea se convierta en una nueva batalla campal.

Con el aval de Franco y también de los militantes más próximos a Gabriel Echávarri, Miguel Millana, con experiencia en el sindicato UGT y presidente de la Federación Valenciana de Empresas de Economía Social, tendría gran parte del camino recorrido para suceder al todavía primer edil en la secretaría general. Más allá de eso, sin embargo, la operación tiene un indudable calado político interno. Este movimiento pondría punto y final al debate abierto entre las familias aglutinadas alrededor de Franco sobre el relevo de Echávarri en el partido. Los grupos que conservan la mayoría de la agrupación mantendrían así prietas las filas al tiempo que esquivarían una decisión que podría elevar la tensión: decantarse entre Eva Montesinos -la preferida del alcalde para sucederle tanto en el partido como, con el respaldo de la cúpula socialista, en la corporación municipal- y la diputada Sandra Martín, junto a Carlos Giménez, la persona de más confianza de Franco y que tiene una buena conexión personal y política con el presidente Ximo Puig. Son dos opciones que hubieran generado rechazo y una ruptura interna.

Queda aplazada esa batalla y también, obviamente, la disputa por la candidatura socialista a la Alcaldía, un melón que se tendrá que abrir en el momento que Gabriel Echávarri renuncie. El nuevo reglamento socialista aprobado hace unas semanas ya no garantiza la candidatura de forma automática para los alcaldes en el supuesto que haya un número de militantes que así lo soliciten. Con lo cual, aunque ostentara la vara de mando, cabría la posibilidad de que eso no le facilitara la candidatura. Sea como fuere, el primer episodio del relevo de Echávarri, en este caso en la cúpula del partido, ya estaría en marcha con este anuncio de Miguel Millana, ya conocido por numerosos militantes de la agrupación a los que se sondeó durante toda la jornada.

Sería la segunda alternativa en liza después de la decisión de los «sanchistas» de impulsar como aspirante a José Miguel González Moreno, exasesor en las Cortes y en el Ayuntamiento de Alicante. La opción del exconseller, de 65 años y que salió indemne de un proceso judicial en el que estuvo imputado por un supuesto fraude de dos millones en fondos de formación hace ya una década, permitiría un liderazgo del partido al margen del ruido municipal, aplazar la decisión sobre el candidato a la Alcaldía y le facilitará a Franco seguir controlando la agrupación. «Me presento para echar una mano e iniciar así un proceso que nos permita recuperar la confianza de la gente y, por extensión, del electorado», apuntó el aspirante Miguel Millana.