Las plataformas feministas lograron ayer una movilización histórica en la provincia con las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer, que pusieron el colofón a una jornada también histórica con su primera huelga en España. Los debates sobre la brecha salarial, los movimientos para denunciar el acoso sexual en el trabajo en sectores tan llamativos como el cine y, sobre todo, el hartazgo antes la violencia de género contribuyeron a sacar a la calle a miles de personas.

Especialmente numerosa resultó la manifestación de la ciudad de Alicante, donde se congregaron más de 40.000 personas, según la Policía Local, en una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan. Tanto es así que, casi una hora y media después del inicio de la protesta y cuando la cabecera ya había llegado a la plaza de la Montañeta, todavía había manifestantes saliendo de las escaleras del Mercado Central.

Tras la cabecera, copada por los representantes de los principales sindicatos, de todos los partidos políticos de izquierda y de las principales dirigentes de la Plataforma Feminista de Alicante, un espacio acotado por una cinta morada recordaba a las ausentes; es decir, a las víctimas de la violencia machista, cerca de un millar en España en los últimos 14 años, tal y como se recordó en el manifiesto que puso fin a la protesta y que leyeron cuatro mujeres anónimas.

La indignación por esta lacra quedó patente en los cánticos que corearon muchas de las asistentes como «Nosotras somos la manada» -en relación a como se denominaban los supuestos autores de la violación múltiple de una joven en los últimos Sanfermines-, «No estamos solas, faltan las ausentes» o «Mujer que no lucha, nadie te escucha». El lema global de la manifestación, escrito en valenciano, era «Si nosaltres aturem, aturem el món» («Si nosotras paramos, paramos el mundo»), en referencia a la huelga con la que también se ha querido denunciar la discriminación laboral que aún sufre el sexo femenino, que registra las mayores tasas de precariedad y de trabajo a tiempo parcial involuntario, además de cobrar, de media, un 19% menos. Entre los asistentes hubo casi tantos hombres como mujeres y muchas familias que acudieron unidas a defender los derechos de ellas. Una muestra de solidaridad entre géneros que muchas de las asistentes agradecieron y valoraron.

A rebosar. Así estaba ayer por la tarde la plaza de la Aparadora de Elche. Repleta de mujeres y hombres que se concentraron para participar en la manifestación que recorrió las calles para acabar en la Plaça de Baix. El ambiente de protesta era total. Las pancartas y carteles reclamando una igualdad real se mezclaban con el color morado, en una jornada histórica. Nadie recordaba una movilización tal masiva como la de ayer, que congregó a 15.000 ilicitanos. Hay que remontarse a 2012, cuando la huelga general, que sacó a más de diez mil vecinos, para encontrar algo parecido. Eran tantas las personas que se iban a sumando a la marcha que cuando la cabeza llegó a San Fermín todavía habían manifestantes en el punto de inicio sin emprender de la marcha. La manifestación llegó a ocupar más de un kilómetro. El asociaciones convocantes tomaron todo el protagonismo durante la lectura de manifiestos.

Alcoy

Alcoy también acogió la manifestación más multitudinaria en años. En torno a 6.000 personas, según la Policía Local, se concentraron en la plaza de España para reivindicar la igualdad de género. La actriz alcoyana Neus Agulló fue la encargada de leer el manifiesto institucional, que por primera vez no fue consensuado por todas las formaciones políticas (PP y Cs no se sumaron). En el acto participó toda la corporación, a excepción de los miembros de los citados partidos. CC OO y UGT también leyeron un manifiesto enfocado a las desigualdades laborales que sufren las mujeres, haciendo hincapié en la brecha salaria y denunciando «la pasividad del Gobierno central». Un gran número de hombres asistió, muchos de ellos portando banderas y vistiendo camisetas moradas. La manifestación dio comienzo desde la misma plaza de España, continuando por la calle San Lorenzo para realizar la conocida «vuelta a los puentes». La manifestación terminó en el parque de la Glorieta, donde muchos de los asistentes disfrutaron de una comida de «sobaquillo».

En Elda, cerca de 2.000 mujeres recorrieron la distancia que separa la avenida Reina Victoria de la plaza del Ayuntamiento. Muchos vecinos se fueron sumando a la movilización a su paso hasta cubrir las avenidas de un intenso color violeta. La plataforma feminista encabezaba la manifestación. Algunas musulmanas portaban pancartas en árabe. Desde el colectivo Forint destacaron las tres discriminaciones que sufre este colectivo: son mujeres, musulmanas e inmigrantes. Las únicas banderas eran las del colectivo LGTB. La multitud tardó una hora en cubrir el recorrido entre consignas por la equiparación salarial y social. Las jóvenes, integradas en una asamblea de Elda y Petrer, leyeron varios manifiestos. En Monóvar, 300 mujeres y 50 hombres se concentraron en la plaza de la Sala, mientras colgaba un delantal del balcón de la casa consistorial. Las cuatro alcaldesas del Medio y Alto Vinalopó tomaron parte en los actos o hicieron huelga, caso de las regidoras Irene Navarro (PSOE) y Loli Berenguer (IU), de Petrer y Monforte. Y en Villena hubo concentraciones espontáneas. Por la tarde, la explanada del Teatro Chapí fue lugar de reunión.

En Orihuela, más de mil quinientas personas participaron en la marcha organizada por el Ayuntamiento y la Mesa de la Igualdad, en la que participaron también colectivos como Cruz Roja, Vega Baja Acoge o la Asociación de Mujeres Clara Campoamor. La marcha, encabezada por una pancarta sostenida por el alcalde Emilio Bascuñana y todas las ediles de la corporación, se inició a las 19.30 horas desde la puerta del Consistorio y recorrió varias calles céntricas hasta la Glorieta Gabriel Miró. Fue una de las marchas reivindicativas con más participación de las que se recuerdan en años. La Concejalía de Igualdad, además, repartió mensajes en los que se podía leer: «ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista» o «no soy un perro, no me silbes». A la convocatoria también muchos hombres. Una batucada precedía la marcha. En la Glorieta se leyó un manifiesto por la edil de Igualdad, Sabina Galindo, señalando que «la igualdad de género es un derecho cuya realización es la mejor oportunidad que existe para afrontar algunos de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo». Además de calificar la desigualdad entre hombres y mujeres como «una lacra insoportable, fruto de una cultura patriarcal que la promueve y que se extiende hasta nuestros días» y consideraron que la discriminación de género «es un obstáculo para nuestro mundo».

Con información de David Navarro, Ivan J. Iniesta, Rubén Míguez, Miguel Vilaplana y Pérez Gil