El Gobierno de Túnez ha convocado una reunión internacional de gran importancia de cara a poder culminar el objetivo de conseguir un reconocimiento a la cultura tabarquina, sus tradiciones e historia como Patrimonio Inmaterial Mundial de la UNESCO. Alicante, por su implicación en la conocida como epopeya tabarquina a través de la población que se estableció en la Isla de Tabarca, es una de las cinco localidades invitadas.

Son varias las iniciativas que se están llevando a cabo a nivel de reuniones y congresos para conseguir este reconocimiento. Una de ellas fue en localidad tunecina de Tabarka, en 2008, y recientemente en Pegli, Italia, en 2017. En ellas se logró reunir a especialistas y agentes sociales con el objetivo de recoger ideas y elaborar toda la documentación necesaria de cara a la declaración por parte de la UNESCO.

En esta línea de movimientos dados para conseguir un título que recoja la trayectoria de estas comunidades mediterráneas, con una identidad común y que sufrieron un «esparcimiento» forzado, el Ayuntamiento de Alicante aprobó en el Pleno de 30 de mayo de 2014 una declaración institucional en apoyo a esta iniciativa, algo que también han realizado el resto de localidades tabarquinas involucradas.

Al encuentro, que tendrá lugar en Túnez, están invitados los gobiernos de las distintas poblaciones que comparten estas raíces: Pegli (Génova, Italia), Carloforte y Calasseta (Cerdeña, Italia), Tabarka (Túnez) y Alicante a través de la Isla de Nueva Tabarca.

En representación de los alicantinos, se trasladará hasta el norte de África Gabriel Echávarri, alcalde de la ciudad; José Manuel Pérez, director del Museo Nueva Tabarca y jefe de Patrimonio Integral del Ayuntamiento de Alicante; así como el presidente de la Asociación Cultural de Nueva Tabarca.

Tal y como se refleja en la declaración del consistorio de 2014, la singular epopeya histórica de la comunidad tabarquina mediterránea comienza en la primera mitad del siglo XVI, cuando de la antigua República de Génova, en el Golfo de Liguria, los Lomellini, señores de Pegli, deciden apostar por la colonización y explotación comercial de una pequeña ínsula situada en el noroeste de Túnez, muy cerca de la frontera argelina, llamada Tabarka, perteneciente a la corona española.

Dos siglos más tarde, en el invierno de 1769, trescientos siete tabarquinos llegaban al puerto de Alicante y, tras ser censados en el documento que conocemos como «Matrícula de los tabarquinos», fueron alojados provisionalmente en el antiguo colegio jesuita de Alicante. Unos meses después, se les desplazó al que debería ser su hogar definitivo, una pequeña isla frente al Cabo de Santa Pola, la antigua Isla Plana, que a partir de ese momento pasaría a conocerse como Nueva Tabarca.