Es una de las especies más temidas de los mares, pero gracias a sus hipnóticas formas y a la tranquilidad que transmiten, las medusas se están ganando un puesto en el abanico de animales «de compañía». En Alicante ya se comercializan y su venta va al alza, «sobre todo para hoteles o restaurantes como elemento decorativo, pero la demanda particular también está teniendo un importante tirón», explica Jorge Sarrió, de la empresa Medusea de Valencia, que las comercializa para toda España.

Hasta hace pocos años era muy complicado mantener lejos del mar a estos animales invertebrados ya que son muy delicados. «Los sistemas de filtración de los acuarios tradicionales los succionaban y tampoco había alimentación adecuada para ellas, ya que en estado salvaje se alimentan del plancton». Sin embargo, en los últimos años han aparecido acuarios especiales que no les causan daño y alimentación especial en seco para las medusas.

Pese a todo, en casa las medusas no pueden convivir con otras especies marinas e incluso en un mismo acuario, explica Sarrió, «sólo puede haber medusas de la misma especie». Los acuarios tampoco pueden contener corales ni plantas artificiales, porque les provocarían daños. Tantos cuidados contrastan con algunas de las características de estos animales que les hacen especialmente resistentes. Y es que las medusas «tienen la capacidad de regenerarse a sí mismas en caso de heridas».

Actualmente, estos animales están a la venta «a un precio de 20 euros y los acuarios se pueden adquirir desde 220 euros con capacidad para 7 litros», señala el responsable de Medusea. Entre sus ventajas, la sensación de relax que aportan y su sencillo mantenimiento. «Sólo hay que alimentarlas una vez al día y cada poco tiempo limpiar el acuario». La esperanza de vida de estos animales en el mar es de apenas un año y en cautividad «puede llegar a los tres o cuatro». La medusa luna es la más apta para vivir en estos acuarios, aunque en el mar hay cientos de especies distintas de este animal, algunas aún desconocidas que habitan en las profundidades de los océanos «y que se están descubriendo ahora gracias a los robots que pueden descender al fondo marino». También hay especies muy peligrosas, como la temida carabela portuguesa, cuya picadura es muy dolorosa, y otras extrañas como la denominada medusa inmortal, «que cuando muere revierte su estado al de pólipo en un ciclo infinito».

Importante en el ecosistema

Además de comercializar medusas, la empresa Medusea también imparte talleres para desmitificar a este animal tan temido en el Mediterráneo. «Queremos que la gente conozca su importancia para el ecosistema. La medusa, como muchas otras especies, pasa por varias fases a lo largo de su vida y en la más inicial, cuando apenas mide unos milímetros, forma parte de la cadena alimentaria de otras especies a través del plancton». La presencia de este animal en nuestras costas es además un reflejo de cómo se encuentra el ecosistema marino.

«Cuando llegan en grandes cantidades de medusas a las playas es porque detrás hay poco aporte de agua dulce de los ríos al mar debido a la desertificación». Aunque en España es una moda reciente, la cría de medusas en cautividad es más habitual en Estados Unidos, Reino Unido o en muchos países de Asia. Hay incluso naciones, como Japón o Corea, que han ido un paso más allá y emplean este animal en la cocina, como una exquisitez. También dentro de Europa. En Noruega, explica Sarrió, «están desarrollando un proceso para deshidratarlas y hacer snaks con las patas».