Que el horario de la FP Dual se ajuste a la jornada laboral de la empresa; que los contenidos de la enseñanza respondan a la especialidad laboral de los distintos sectores empresariales de la provincia; que se flexibilicen los actuales trámites para contratar a los alumnos; o que se profundice en la formación práctica sobre la teórica, son algunas de las demandas en las que coinciden los empresarios consultados por este diario para que la FP Dual pueda despegar en esta provincia con garantías de éxito.
Esta formación que alterna la presencia del alumnado en el centro educativo y en la empresa, que a su vez debe contribuir con un contrato que lleva a aparejado el pago de entre 2 y 4 euros la hora laboral, apenas la cursan 348 alumnos de la provincia entre los 24.000 matriculados en ciclos de FP, cifras pírricas al lado de su implantación, por ejemplo, en el País Vasco.
Los empresarios aseguran que por su parte no hay falta de interés, sino que más bien los estudios están diseñados sin tener en cuenta las necesidades y exigencias de los puestos de trabajo y que, por lo mismo, resulta muy complicado responsabilizarse a partes iguales con el centro educativo en la formación de los estudiantes. «La Dual es una reivindicación de siempre por parte de la empresa familiar. Necesitamos que se potencie. Pero creo que la administración no le da la importancia que merece ni potencia su adaptación a las necesidades de las empresas para incentivar el empleo juvenil», apunta Francisco Gómez, presidente de la Empresa Familiar.
Desde el sector de la construcción, lamenta la ausencia de profesionales cualificados en fontanería o albañilería e incluso electricidad. «¿Contratamos para eso a un Ingeniero doctor?», critica.
Implicación
Luis Rodríguez, secretario general de Fempa, del sector del metal, abunda en la necesidad de incluir en la formación de los estudiantes las exigencias de la industria 4.0. «Hay que dar una vuelta a los estudios para avanzar en la cualificación y flexibilizar una normativa tan rigurosa para que se puedan implicar de forma generalizada los empresarios».
El horario de las prácticas remuneradas, ajustado a la coordinación de los centros educativos más que a la jornada laboral en una empresa, las fechas en las que se concentra la presencia del alumno en la mercantil, o los plazos establecidos para dicha formación, resultan para el empresariado en general «muy estrictos» y poco adecuados a sus necesidades.
Y para que se lleve a cabo una contratación efectiva del alumno también echan de menos bonificaciones. A lo que ninguno de ellos hace ascos es a la cualificación del alumnado, pero eso sí, más ajustada a la especialización de los distintos sectores empresariales, como añade Marian Cano, en el sector del calzado.
«La FP Dual no responde a lo que necesitan los sectores, hay que escuchar lo que se necesita y hoy por hoy la formación reglada está demasiado encorsetada». Al igual que Fempa, en Inescop quieren poner el acento en que los certificados de profesionalidad que expide la administración por la experiencia laboral, convalidando parte de la formación, respondan realmente a lo que necesitan en las empresas.
También en Aiju, el Instituto del Juguete, Maite Romero coincide en que la Dual está encorsetada aunque también haga falta mentalizar al empresario. Almudena Gonzalo, gerente de Jovempa, abunda que la mano de obra más cualificada puede tener sentido en sectores más industriales y no tanto en la hostelería o el comercio, pero que tal y como está diseñada la Dual es «un escollo», por la excesiva burocracia y los plazos tan constreñidos que exige. «Mucho habría que cambiar para que funcione», concluye.
