Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Conferencia «El inquietante porvenir de los procesos de segregación»

Rosa López: «Estamos en una época de balas y muros y de menos políticas sociales»

Vivimos tiempos convulsos, marcados, a juicio de Rosa López, por una expansión de los procesos de segregación

Rosa López dio ayer una charla en el Club INFORMACIÓN, organizada por el Instituto del Campo Freudiano. Héctor Fuentes

¿Usted habla del «Inquietante porvenir» de los procesos de segregación? ¿Qué debe preocuparnos?

El psicoanalista Jacques Lacan dijo en la década de los 60 que «nuestro porvernir en mercados comunes será balanceado por la expansión cada vez más dura de los procesos de segregación». Lacan usa la metáfora de la balanza, en uno de cuyos platos está el ideal de los mercados comunes, que promueven el sueño de un mundo en el que reina la cooperación, y en el otro los procesos de segregación. El vaticinio de Lacan es que el ideal va a ser vencido por una expansión y endurecimiento de los procesos de segregación.

¿Estamos asistiendo ya a esta situación?

La Unión Europea en sus inicios fue una gran idea, que nos ha dado los 50 años más pacíficos y prósperos de Europa. Pero después ha empezado a mostrar la otra cara que habita en todo ideal, porque todo ideal oculta sin saberlo un objetivo execrable.

¿Qué amenazas se ciernen sobre Europa?

Se ha destruido por completo el ideal inicial con el que se creó, que era el de «unidos en la diversidad». Se ha destruido y se están abandonando las políticas sociales que protegían a los más desamparados en aras a una política de austeridad que no tiene final. La austeridad llama a más austeridad y esta política produce una desigualdad social enorme y una destrucción de lo que se había construido como estado del bienestar en Europa.

¿Qué le parece lo que está ocurriendo con los refugiados?

Una infamia, ya que a estas personas se les está negando el Estatuto de Refugiados que se estableció en 1951. Ahora se ha establecido el pacto de la vergüenza, por el que Alemania los considera a todos inmigrantes y les hurta ese derecho, pactándolo con Turquía con el beneplácito de los países europeos. Hay tres millones de refugiados que andan perdidos, metidos en campos de refugiados que son lo más parecido a campos de exterminio. Europa dijo que iba a acoger 160.000 y ha acogido a 45.000 después de dos años. Damos un ejemplo vergonzante, destruimos el porvenir del trabajo, porque el capitalismo exige una política de austeridad. El capitalismo está más fuerte que nunca, destrozamos el porvenir de nuestro hijos y excluimos a los que menos tienen.

Eso en Europa, pero al otro lado del Atlántico parece que no están mejor las cosas con Trump.

Asistimos a cosas que no podíamos concebir hace unos años, como, por ejemplo, que Gran Bretaña, una de las fundadoras de la Unión Europea, quiera salir. Trump dijo hace solo unas semanas que su país no tiene por qué recibir a más «inmigrantes de países de mierda». No es sólo una retórica incorrecta, hay medidas concretas. Estamos en una época de balas y muros y menos políticas sociales.

¿Cómo se explica todo esto desde la perspectiva del psicoanálisis?

Hay un rechazo consciente o inconsciente al otro porque lo consideramos algo desconocido. Lo que nos molesta o rechazamos del otro es la rareza de su modo de satisfacción, cómo gozan, cómo comen... que contrasta con nuestro sistema de valores. Lo que no sabemos, porque es inconsciente, es que si ese modo de gozar me molesta es porque me evoca algo de mi propia satisfacción oscura que habita en mí mismo pero que experimento como lo más ajeno o extranjero. Todos queremos ser buenas personas, pero a la hora de gozar podemos hacerlo de manera mezquina, con agresividad y no podemos soportarlo y es el extranjero el que nos hace de espejo. Proyectamos en el otro lo que querríamos expulsar de nosotros mismos.

Compartir el artículo

stats