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Unanimidad política para cambiar la ordenanza de veladores

Pavón sorprende en el Pleno al aceptar enmiendas a la propuesta inicial de Guanyar en la que se obviaba al sector del ocio

Momento en que la Corporación al completo vota a favor de la modificación de la ordenanza de veladores en el Pleno celebrado ayer. PILAR CORTés

Vista la guerra abierta entre vecinos y hosteleros por los veladores, los concejales del Ayuntamiento de Alicante, de todos los colores, hicieron lo posible ayer por ponerse de acuerdo para empezar a zanjarla en una primera batalla en la que aprobaron, por unanimidad, la modificación de la ordenanza hasta ahora vigente (2013). Eso sí, después de que el portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, que presentaba la iniciativa, recogiera el guante que le lanzó el alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, para, en un intento de desbloquear el debate, introducir una enmienda «in voce» que eliminaba la referencia a los vecinos introducida en el texto inicial, teniendo en cuenta que Pavón obviaba toda referencia a los hosteleros. Un «olvido» que la portavoz del gobierno del PSOE en el Ayuntamiento, Eva Montesinos, ya le anticipó que no podían pasar por alto.

Se esperaba un pleno intenso en lo dialéctico. Y lo fue, con Pavón como víctima del lanzamiento de puñales desde casi todos los escaños del Salón de Plenos por no haber sido capaz de sacar adelante la nueva regulación de las terrazas en los dos años largos en que gestionó las concejalías de Urbanismo y Ocupación de Vía Pública.

A Pavón le dijeron de todo. Eva Montesinos, a quien le ha caído el «marrón» de ordenar ahora los veladores, le acusó de cobardía; y en la misma línea, Yaneth Giraldo, de Ciudadanos, le espetó que le había faltado «valor» para hacerlo cuando estaba en el tripartito, mientras que José Ramón González, del PP, le dijo que últimamente sólo lleva cosas al Pleno para «recibir».

Pero la más dura con diferencia fue la tránsfuga de Guanyar, Nerea Belmonte, que se cebó con él, vengándose de su expulsión de la formación ahora que es Pavón el cuestionado, puesto que ha pasado en poco tiempo de ser el número 2 del Ayuntamiento como vicealcalde a estar en la oposición, en minoría en su grupo municipal y cuestionado por las bases de Guanyar y EU. «Nadie le quiere, no le quiere Esquerra Unida, no le quiere Guanyar. Viene a ver si obtiene el amor de los vecinos», dijo burlona.

Estaba tan aturdido Pavón que rechazó una primera vez la enmienda «in voce» que le ofreció Echávarri. «Es que pone lo que pone, y lo que se vota es modificar (la ordenanza) a criterio de doce asociaciones de vecinos. Votaríamos eso, incluido de forma concreta y deliberada», le argumentó el alcalde. Algo a lo que Guanyar se negaba y que fue calificado por la socialista Montesinos de sectarismo.

Natxo Bellido, de Compromís, tercer exsocio de gobierno, dijo no tener problema en modificar la redacción, tras lo cual Pavón cambió de estrategia: se defendió de las acusaciones de dejación de funciones, acusando al PSOE de mentir y de atarle de manos oponiéndose frontalmente en el pacto de gobierno a negociar la modificación de la ordenanza de veladores. Acto seguido aceptó las correcciones en el texto que le reiteró, por segunda ocasión el alcalde, y se votó por unanimidad de los 29 ediles trabajar en una nueva normativa.

No fue la única vez que Pavón aprobó sobre la marcha cambiar una propuesta tras recibir enmienda «in voce». Lo hizo de nuevo con otra moción de Guanyar para modificar la ordenanza reguladora del precio público que tendrán que pagar los vecinos de 250 viviendas de Juan XXIII por la rehabilitación de viviendas y locales. No suele ser su línea. Hace unos meses, con el Catálogo de Protecciones, le pidieron reiteradamente que lo retirara y que cambiara el texto. Dijo no y se lo tumbaron.

Pese a aprobarse la modificación de la ordenanza de veladores, ayer no se habló de plazos. Eva Montesinos se limitó a decir que buscará el máximo consenso entre los colectivos afectados, que ya han mantenido reuniones con vecinos y hosteleros, y que en el caso de la plaza Gabriel Miró hay un expediente en tramitación.

Antes de todo esto, tomaron la palabra los colectivos vecinales. Manuela Celdrán, como portavoz de una docena de asociaciones de vecinos de distintos barrios de Alicante, reclamó una ocupación del espacio público por los veladores «racional, no abusiva ni agobiante», y habló de saturación, sobre todo en la zona centro, «con calles donde hay viviendas a las que no pueden acceder los bomberos ni las ambulancias por las aglomeraciones de sillas, mesas, toldos y sombrillas», poniendo como ejemplo Castaños y Mayor.

José Francisco Vicent Ruiz, secretario de la asociación de vecinos del Centro Tradicional, criticó la expedición de licencias de veladores a establecimientos de ocio que no forman parte de la categoría de restauración así como la supresión de la brigada policial que controlaba los ruidos y horarios derivados de la actividad de las terrazas. Los colectivos vecinales quieren que las mesas se coloquen junto a las fachadas dejando el centro de las calles peatonales libre para el paseo y la entrada de vehículos de emergencias.

La moción aprobada finalmente no solo incluye la enmienda «in voce» propuesta por el PSOE para eliminar la referencia a los vecinos e iniciar los trabajos en igualdad de condiciones con ellos y con los hosteleros. Se añade otra de Compromís para emprender de forma paralela la revisión y actualización de la ordenanza de ruidos y vibraciones, y la modificación del artículo 48 del Plan del Casco Antiguo y del 22 del plan del Centro Tradicional.

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