Iván Llorca es un enamorado de Alicante. Una pasión que se refleja en esta entrevista realizada con motivo del Día Internacional de los Guías Turísticos que se conmemoró ayer.
¿Qué hay digno de enseñar en Alicante?
Prácticamente todo, toda piedra tiene historia esperando que alguien la interprete. Como hito tenemos el Castillo, que es una de las fortalezas mas grandes de Europa, con mil años de historia, y una visión de Alicante impresionante. Desde arriba aún se puede ver la Alicante amurallada. Luego la zona íbero-romana de Lucentum, el Marq, que es uno de los mejores museos del mundo, un buen clima, todo cerca, Santa Cruz, seis playas oficiales. Tabarca, que es una pasada...
¿Conocemos y valoramos lo que tenemos los alicantinos?
Hay dos tipos de alicantino: el chovinista que no deja que nadie le toque la ciudad y el que dice que aquí no hay nada que ver y luego se va a cualquier otro lugar peor y dice que es maravilloso. Hay quien confiesa que desde niño no ha vuelto a subir al Castillo o a Santa Cruz.
¿Qué saben los turistas de Alicante cuando vienen?
Mas que los alicantinos. Tienen guías, se interesan. Vienen por las playas, pero también por la historia. Aquí, cuando se cerró el Castillo varios meses para la reforma, Costa Cruceros quitó la parada en Alicante. Su objetivo era visitar un castillo de mas de mil años. Ahora se ha vuelto a ir. El turista extranjero sí sabe lo que puede ver aquí. Y hay más. San Fernando es una fortaleza del siglo XIX única pero se tienen que restaurar. Somos la ciudad de Europa con mas refugios antiaéreos, más que Berlín. Somos la última ciudad republicana. Hay mucho que sacar y explotar. Y curiosidades como los grafitis e inscripciones de los prisioneros de ambos bandos de la guerra en el Castillo, y las letrinas donde les obligaban a hacer sus necesidades colgando por encima de las murallas, o un aljibe convertido en prisión de la guerra.
¿Cuida Alicante su patrimonio?
Podría estar mejor. hace falta destinar más presupuesto.
¿Qué haría falta para promocionar mejor Alicante?
Ahora hemos entrado en la fase de la gastronomía y es bueno. No nos podemos quejar, tenemos mar y alta montaña de más de mil metros y esto crea una variedad gastronómica importante. Se está explotando el turismo gastronómico. ¿Que se pueden hacer mejor las cosas? Supongo que sí pero sobre todo coordinándose. Tenemos la Generalitat, la Diputación y los ayuntamientos cada uno barriendo para casa. Y se equivocan. Hay municipios pequeños que se pueden unir y crear rutas turísticas, pero parece que no es fácil.
Y en la provincia, ¿qué es lo que más atrae a los visitantes?
Elche es muy atractivo con dos Patrimonios de la Humanidad. El Palmeral es impresionante. Y hay lugares pintorescos, la montaña de Alicante es la gran desconocida, de Alcoy a Guadalest. A 20 minutos de playas de arena tenemos alta montaña.
¿Trabajan muchos guías turísticos en Alicante?
En la Comunidad Valenciana hay mil licencias de guías y un tercio trabajan en la provincia. Hay un carné de guía que se logra mediante unas pruebas que exigen un grado medio o superior o un FP en turismo e idiomas.
¿Y hay trabajo para todos?
Salimos adelante, aunque hay altibajos en función de la temporada. Hay gente que cree que ir con guía es aburrido, pero es lo contrario y, además, ahorra tiempo. Desde la asociación luchamos para que haya un trabajo continuo y para evitar el intrusismo.
¿Hay mucho intrusismo?
Sí. Es un problema. Empresas que ponen a trabajar a universitarios sin licencia o academias de idiomas que disfrazan las visitas turísticas como si fueran clases. Los inspectores de turismo no dan abasto. Hay lugares donde se quiere eliminar las licencias y el carné de forma que cada excursión traiga sus propios guías, pero no pueden saber lo mismo que nosotros de la ciudad. Además, la turismofobia se frena con la especialización, con el reciclaje continuo y el conocimiento de las sensibilidades de cada lugar.
