La Plataforma de Afectados por las Descargas Tóxicas considera que el Puerto de Alicante está dilatando el proceso de edificación de las naves cerradas para los graneles con el objetivo de que pase el tiempo y «se quede como está», es decir, sin construir. Ésta es la lectura que hacen los vecinos de la reunión que celebró el lunes el consejo de administración del Puerto de Alicante pese a que aprobó la puesta en marcha del proceso administrativo para hacer la terminal. El colectivo desconfía de los plazos dados por la Autoridad Portuaria, que fijó la previsión de inicio de las obras para final de año como pronto. Hay que publicar el pliego de condiciones, abrir el plazo para presentar propuestas, elegir el proyecto entre los que se presenten y se adjudicará, según avanzaron, entre noviembre y diciembre.

«Si es verdad que lo van a hacer, el plazo de licitación es exageradamente largo ante los actuales niveles de contaminación. Nos tememos que lo alarguen aún más y que no correspondan. Estamos en febrero y nos preocupa porque las emisiones están fuera de la ley. Ya han sido sancionados por contaminación porque las pantallas que pusieron no están funcionando», explicó el portavoz vecinal, José Santamaría, al referirse a los 120.000 euros de multa que impuso al Puerto la Conselleria de Medio Ambiente. «Pedimos que los plazos se acorten», insistió.

Es tal la desazón de los representantes de la ciudadanía que ahora mismo lo que menos les preocupa es la altura de las naves cerradas, que tendrán un mínimo de 23 metros, lo que equivale a ocho pisos, aunque en el seno del consejo se llegó a hablar de «30 metros, si no más» y 200 metros de longitud. La Autoridad Portuaria, a través de un portavoz autorizado, aclaró que sólo se habló de alturas en la reunión porque salió a colación el ejemplo de Santander, donde existen unas naves de entre 40 y 45 metros, que equivalen a 20 pisos, «lo que sería un espanto para los vecinos». Un consejero dijo que se esperan nuevos problemas con los ciudadanos por las dimensiones que pueden llegar a tener las naves cerradas.

A los integrantes de la Plataforma de Afectados les preocupa que se sigan produciendo emisiones contaminantes y ponen en duda el informe elaborado, tras un año de mediciones, por el Instituto de Ingeniería de Procesos Químicos de la Universidad de Alicante, en colaboración con investigadores de la Miguel Hernández de Elche, que concluye que los contaminantes de los graneles no vulneran la normativa estatal, tal y como publicó este diario el pasado 17 de febrero. Los vecinos, por contra, aseguran que las cuatro estaciones medidoras homologadas por la Generalitat han acreditado desde agosto 35 superaciones de los límites de la normativa.

Los vecinos también se quejan de que «muchísimas noches» hay descarga de graneles y afirman que las pantallas no funcionan y que el polvo se dispersa por encima de ellas.