De vicealcalde de Alicante, concejal de Urbanismo y Limpieza y líder indiscutible de Guanyar... a vivir, tal vez, su peor momento a nivel político en la ciudad de Alicante. Miguel Ángel Pavón ha pasado de ser el referente de su formación, admirado por muchos al ser el azote de Sonia Castedo (PP) en sus tiempos y también de Gabriel Echávarri (PSOE) en el actual mandato, a tener un liderazgo discutido implícitamente, incluso, por su entorno, por los suyos.
En apenas cuatro meses, Pavón se ha dejado por el camino el mando absoluto de Guanyar: de estar al frente de dos de las concejalías más potentes y trascendentes del Ayuntamiento, como son Urbanismo y Limpieza, a mantener, y puede que sólo por el momento, un único cargo, el de portavoz en un grupo municipal en el que, además, se encuentra en minoría frente a sus compañeros, ya que en la actualidad sólo cuenta con el apoyo de una concejala (Julia Angulo), frente a la oposición de tres ediles (Víctor Domínguez, Daniel Simón y Marisol Moreno).
Y no sólo está en precario en el grupo municipal, sino que se prevé que en las próximas semanas también pierda el apoyo de dos de las tres asesoras del grupo, ya que dos piezas fundamentales de su núcleo duro no han logrado la puntuación suficiente en la nueva selección del personal de confianza. Ese proceso fue impulsado por la facción mayoritaria, en contra de la postura mantenida por Pavón, que contaba con el respaldo del hasta ahora coordinador local de Esquerra Unida, José Luis Romero. El abogado también ha perdido su posición de liderazgo en una batalla interna que se inició durante la etapa del tripartito y que estalló tras la ruptura del equipo de gobierno, que se produjo en noviembre ante la negativa a dimitir del alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, encausado en dos procesos judiciales por presunta prevaricación.
Para muchos, en Guanyar, el punto de inflexión de la crisis interna que ha desembocado en un cambio de liderazgo al frente de EU y en un Pavón en minoría en el grupo municipal se sitúa a mediados del año pasado, cuando Romero se hizo con el mando de la formación que impulsó a Guanyar como su marca blanca en el Ayuntamiento de Alicante. Transcurrido el verano y con poder absoluto, se produjo la primera decisión controvertida, que dio inicio a la batalla publica de una guerra que aún no ha terminado, tal y como admiten desde ambos bandos. Pavón, apoyado por Romero y las dos asesoras de su núcleo más próximo, apartó a Víctor Domínguez de la Concejalía de Limpieza, lo que supuso una desautorización pública del edil que había estado al frente desde el arranque del mandato. Pese al malestar que provocó esa decisión, la polémica no acabó de explotar hasta que el tripartito se rompió, a mediados de noviembre.
Ese fue el momento en el que los críticos dieron un paso adelante tras una difícil convivencia dentro del grupo municipal, forzando la convocatoria de un proceso de selección de los asesores de los que dispondría el grupo tras la ruptura del equipo de gobierno, lo que provocó que Guanyar Alacant pasara de ocho a dos sueldos completos de asesores. Esa decisión chocó con lo defendido por Pavón, pero contó con el aval de la asamblea de Guanyar, impugnada posteriormente por Romero por incumplir supuestamente varios puntos del reglamento interno. También se impugnó el propio proceso de selección por parte de las dos asesoras que, si nada cambia, perderán su puesto en el Ayuntamiento, lo que dejará a Pavón con sólo un aliado dentro del grupo municipal, la concejala Julia Angulo, lo que le situará en evidente minoría. El proceso de selección acabará en unas semanas con el visto bueno de la asamblea de Guanyar, ahora también en manos de los críticos con Pavón, al igual que la asamblea de EU, como se demostró el pasado viernes en las elecciones al Consejo Político. Sin embargo, tiene que ser el portavoz municipal el que reclame por escrito al alcalde que ejecute los cambios dentro de su personal de confianza.
Éste puede ser otro instante clave en el seno de Guanyar y, por extensión de EU, porque entre los críticos no descartan que Pavón se rebele, negándose a acatar la decisión de las bases, lo que provocaría su inmediata destitución como «voz» de Guanyar en el Ayuntamiento. Hasta llegar a ese escenario, los críticos descartan que se pueda producir el relevo en la Portavocía municipal, aunque dada la tensión existente a nivel interno ya nadie descarta nada.
Otra medida a aplicar podría ser el cambio en las distribuciones de los sueldos entre los concejales de Guanyar: Pavón, Angulo y Domínguez disponen de dedicación exclusiva, mientras que Simón y Moreno (ambos del bando opuesto al portavoz) cuenta con dedicación parcial. Con todo, este cambio no tendría efectos reales sobre las nóminas, ya que en la actualidad todos los ediles de Guanyar, según confirman fuentes municipales, perciben nóminas similares, ya que los que más cobran destinan el «excedente» al partido.
A expensas del futuro de la Portavocía de Guanyar, Pavón ha pasado de ser el «dos» del gobierno y edil de Urbanismo y Limpieza, a estar en minoría dentro de su grupo y sin la confianza, implícita, de las bases de Guanyar y EU, que en sus últimas votaciones se han posicionado en contra de la postura del que hasta ahora era su referente municipal. En cuatro meses, de vicealcalde a ser un rey sin trono.
