El arqueólogo municipal de Alicante Pablo Rosser Limiñana recibió ayer el premio «Mártires de la Libertad 2018» por impulsar en los años 90 la recuperación del Panteón de los Guijarro y elaborar informes favorables a su consideración como Bien de Interés Cultural.

Durante la marcha cívica celebrada ayer por la tarde se reconoció su preparación académica y profesional unida «a su admirable condición humana», destacando su actividad profesional, docente, periodista y literaria en defensa del conocimiento de la verdad en «etapas oscuras recientes de nuestra historia». Esta jornada, organizada por la asociación de vecinos de Villafranqueza en colaboración con el Ayuntamiento de Alicante, rememora anualmente el fusilamiento en 1844 de los liberales dirigidos por Pantaleón Boné ante el Panteón de los Guijarro, situado cerca del cementerio de Villafranqueza.

Los actos comenzaron a las cinco de la tarde con una concentración en la Plaza de la Constitución para dar paso a la procesión cívica hacia el Panteón, acompañados por la sociedad musical «La Amistad», donde se realizó una ofrenda floral a los mártires. A las siete de la tarde tuvo lugar el concierto en honor a los mártires en el auditorio Músico José Torregrosa.

«Desde siempre ha habido guerras, revoluciones y muertes en nombre de la libertad, la mayoría de las veces sin saber exactamente lo que la misma representa». El presidente de la Comisión Cívica, José Francisco Pascual Rubio, en un intento por dignificar la libertad siempre de la mano de la igualdad, aprovechó el acto, además, para denunciar el «estado de degradación» del barrio del Palamó y aseguró que «todos seremos culpables ante futuras generaciones por no haber protegido a las mismas», añadiendo que la bocamina de Orgegia «pronto será un recuerdo». Por último, el presidente manifestó, ante la presencia de unas 200 personas, que sus palabras de «impotencia» tenían el objetivo de «no dejar morir a nuestro Palamó».