María de Carmen Martínez, la viuda de expresidente de la CAM Vicente Sala, falleció asfixiada por la sangre que le causaron los dos impactos de bala que recibió en la cabeza el 9 de diciembre de 2016 además de por una hemorragia aguda. Unas circunstancias que le provocaron la muerte en no más de diez minutos, con lo que los disparos se habrían efectuado aproximadamente a las 18.55 horas. A esa hora, su yerno Miguel López, único sospechoso del crimen, se encontraba en el complejo de Vistahermosa donde vivían los Sala y no en Novocar, el establecimiento de automoción que regentaba y donde la mujer fue tiroteada cuando fue a recoger su coche.

A esta conclusión han llegado los dos peritos de la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid que, a instancia de la defensa del sospechoso, han realizado un nuevo informe forense basándose en las imagenes de la autopsia practicada a la víctima en el Instituto de Medicina Legal de Alicante.

La autopsia establece la hora de la muerte en torno a las 19 horas y el parte de asistencia del Samu está datado a las 19.05. Unas cámaras captaron a López saliendo de Novocar a las 18,38 horas.

Los peritos César Borobia y Germán Cobo fijan como «causas inmediatas» de la muerte «la asfixia mecánica por sofocación debida a la oclusión intrínseca de las vías respiratorias por sangre procedente de la rotura de vasos del macizo cráneo-facial», además de por una hemorragia aguda «debida al sangrado de vasos importantes de la cara, región superior del cuello y base del cráneo».

«No más de siete minutos»

Según los facultativos, uno de los disparos afectó a «importantes elementos vasculares que drenaron sangre a las fosas nasales y a la boca y de ahí al tubo respiratorio», una situación en la que «no pudo sobrevivir más de siete minutos al margen de que siguiera sangrando», precisan. El otro impacto le provocó «la pérdida funcional de ambos globos oculares» y la consiguiente pérdida de sangre.

Como consecuencia de esa asfixia, Borobia y Cobo sostienen que María del Carmen «debió permanecer consciente durante un máximo de dos minutos y como consecuencia de la hemorragia habría entrado en confusión (si no hubiera perdido antes el conocimiento) como máximo a los ocho minutos del impacto de los proyectiles».

Los ponentes del estudio, que está avalado por el director de la Escuela, resumen la situación como la de «una persona que tras dos disparos se encuentra ciega, con una importante hemorragia que no se podía frenar espontáneamente y padeciendo una asfixia por aspiración de sangre, lo que dio lugar, por esto último, a que no pudiera hablar ni gritar (se estaba asfixiando) y además no pudiera desplazarse (por la ceguera) más que apoyándose en las estructuras del vehículo, primero dentro del mismo (donde se deduce que estuvo poco tiempo dada la escasez relativa de sangre) y posteriormente, ya de pie, en el lado izquierdo del mismo».

Frente a este escenario, los primeros informes realizados por los forenses de Alicante sostienen que la víctima murió por una «hemorragia externa aguda» y que tras los disparos «permaneció un tiempo» dentro del coche antes de sacar fuerzas para salir al exterior, donde la encontró ensangrentada uno de los trabajadores que, en un primer momento, no identificó a «la jefa» (como llamaban en Novocar a la viuda de Vicente Sala) y la confundió con un hombre.

Coincidencia con el WhatsApp

La hora en que los peritos de Miguel López sostienen que se produjeron los disparos, en torno a las 18,55 horas, coincide además con la última conexión de WhatsApp que aparece registrada en el teléfono de la víctima. Una conexión que ha provocado un cruce de informes periciales entre la defensa de López y la acusación particular que se ejerce en nombre del hijo mayor de María del Carmen. Mientras el primero sostiene que fue la víctima quien pulsó la aplicación, con lo que a esa hora estaba viva, el segundo concluye que se activó de modo automático.