Casi 100 días después de quedarse en solitario al frente del Ayuntamiento, el gobierno municipal formado por sólo seis concejales y liderado por Gabriel Echávarri logró ayer sacar adelante por mayoría absoluta el proyecto de presupuestos para 2018 con los votos a favor de sus exsocios de gobierno y del concejal tránsfuga Fernando Sepulcre (ex de Ciudadanos), que en la Diputación de Alicante permitió recientemente al PP sacar adelante las cuentas.
Tanto Guanyar como Compromís admitieron que «el cuerpo les pedía» votar en contra de los presupuestos liderados por Echávarri, investigado en dos causas judiciales por presunta prevaricación. Sin embargo, ambos hicieron por justificar su apoyo a las cuentas. «De Echávarri sólo se espera una cosa, que dimita. Ni usted ni su gobierno se merecen que aprobemos el presupuesto, pero la ciudad sí lo merece. En un ejercicio de responsabilidad, anteponemos los intereses de la ciudad a los intereses partidistas», señaló el portavoz de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, quien logró que el PSOE cediera en siete de las nueve enmiendas que elevaron al pleno, cambiando el signo del voto que emitieron en la pasada Comisión de Hacienda, entre ellas cinco relativas a la plantilla municipal. Pavón también consiguió, a última hora, que la concejala de Hacienda, Sofía Morales, estampara su firma en el documento anexo a los presupuestos, un compromiso político que recoge los proyectos que no han tenido cabida en las cuentas, ya que el Plan de Ajuste limita las inversiones a los diez millones al año, pero que se prevén llevar a cabo a través de modificaciones de crédito o préstamos, por un total de 15 millones.
En una línea similar se mostró el portavoz de Compromís, Natxo Bellido, quien volvió a recurrir a la expresión de «los juicios al alcalde no pueden ser la condena de la ciudad» para justificar su posición junto a Echávarri en la votación de los presupuestos. «El interés partidista nos dice que ahoguemos al minigobierno del PSOE, pero hemos venido a hacer política. Las inversiones no pueden pagar los platos rotos de un gobierno en precario», añadió Bellido, quien también coincidió con Pavón a la hora de criticar la ausencia de participación efectiva de la ciudadanía en la elaboración de los presupuestos municipales de 2018, que salieron adelante gracias a los votos del extinto tripartito y a que el tránsfuga Sepulcre no se posicionó en contra.
El ex de Ciudadanos, que en la Diputación permitió hace un mes y medio al PP aprobar las cuentas, restó importancia a que las tres enmiendas que elevó a la Comisión de Hacienda no llegaran al pleno por cuestiones técnicas y se centró en criticar la falta de «un proyecto conjunto», de una «meta clara», de «dar pasos sin rumbo». En resumen, de «no saber qué se quiere ser de mayor». Con todo, Sepulcre cumplió con lo anunciado y votó a favor, junto a los grupos de izquierdas, argumentando que no se iba a oponer «porque hacerlo sería poner en riesgo inversiones necesarias para Alicante, porque el daño sería todavía mayor», concluyó el exedil de Cs.
Entre esas inversiones que dependían, al menos en un primer momento, de los presupuestos destacan las relativas al proyecto de rehabilitación del entorno de los castillos (la Edusi de las Cigarreras), al que aludió Echávarri en su valoración de la votación. No lo hizo en el pleno, ante el resto de concejales, sino una vez levantada la sesión, ante los medios de comunicación: «Es una buena noticia, hay inversiones que eran importantes y que se podían perder. Agradezco el apoyo a los grupos que han votado a favor de unos presupuestos que han salido mejor que el año pasado, que salieron con el voto de calidad», apuntó el alcalde, quien destacó la «capacidad de diálogo» del ejecutivo municipal y negó haber cedido «al chantaje» de Guanyar.
Las críticas a Echávarri no sólo llegaron desde la bancada de la izquierda, también se escucharon desde el bando de enfrente. La portavoz de Ciudadanos, Yaneth Giraldo, argumentó que su grupo no podía apoyar los presupuestos porque sería «dejar en manos [de Echávarri] la gestión de 250 millones de euros a quien no supo gestionar 250.000 euros [en alusión a los contratos supuestamente fraccionados]. Desde el PP, que no sumó ningún apoyo a su enmienda a la totalidad de los presupuestos, Luis Barcala quiso recurrir al humor para criticar a los tres exsocios del tripartito, recordando el «timo de la estampita»: «Echávarri es el timador, Bellido el gancho y Pavón el paleto timado». Sin embargo, la ocurrencia le acabó saliendo mal, porque tanto el líder de Compromís como el de Guanyar aprovecharon para endurecer su crítica al PP, recordando la financiación ilegal del partido que se está juzgando en la Audiencia Nacional. «Puede que Tony Leblanc [en el papel del timador] sea Francisco Camps; el gancho, por ejemplo, 'El Bigotes' y el estafado, cualquier votante del PP», señaló Bellido, mientras que Pavón precisó: «El gran timador es el PP y el ingenuo, la ciudadanía». En el debate de ayer también se habló de la herencia del PP en la ciudad, sobre todo después de que un día antes se opusiera en el Congreso de los Diputados a que Alicante pueda cancelar el actual Plan de Ajuste.
El pleno extraordinario de ayer, tras algo más de dos horas, terminó con la tránsfuga Belmonte anunciando acciones legales contra la edil de Hacienda por insinuar que iba a votar en contra de los presupuestos tras no acceder el alcalde al «chantaje» de subirle el sueldo. Concluida la sesión, la edil, que también es abogada, empezó a redactar el primer trámite, el acto de conciliación.
