¿Cómo valora estos 100 días del PSOE en solitario al frente del gobierno local?

Es un gobierno sin legitimidad democrática para gobernar, con un alcalde que mas allá de su agenda judicial ha demostrado que no tiene las condiciones necesarias para ser alcalde. Y todo esto lleva a un minigobierno que está incapacitado para asumir los grandes temas, como pueden ser el PGOU, el Plan Ciudad y el Plan de Inclusión. Incluso en el día a día, y te lo comentan los técnicos, son incapaces de asumir la gestión.

¿Se esperaba que este periodo fuera así o esperaba otra forma de gobernar?

Lo que me sorprende es que el PSOE, un partido con recorrido institucional, no haya sido capaz de tomar una decisión en la segunda ciudad del País Valenciano.

¿En qué cree que ha mejorado/empeorado el Ayuntamiento en este tiempo?

¿Algo que haya mejorado? Es verdad que al no estar Guanyar en el gobierno, ese ruido incesante y casi diario seguramente ha bajado. Lo que pasa es que hemos pasado de ese ruido a un alcalde irrelevante, que no está en ninguno de los grandes temas de la ciudad, con un componente institucional muy extraño. Hemos pasado del ruido a la irrelevancia. ¿Lo peor? Tenemos un gobierno absolutamente en precario. Los compromisos políticos que asumimos ante la ciudadanía las fuerzas que nos declaramos del cambio vemos como el PSOE renuncia a ellos. Además tampoco está asumiendo el nivel de ética que deberíamos tener en este mandato después del tsunami de corrupción que afecta al PP.

¿Considera que la ciudad puede continuar así hasta final del mandato?

La ciudad no puede seguir así, pero es el PSOE el que debe decidir si toma decisiones.

¿Qué espera hasta las próximas elecciones? ¿Habrá cambio en la Alcaldía?

Ya hemos pedido reiteradamente la dimisión del alcalde. Ahora nos vamos a centrar en que esta legislatura no se dé por perdida, que los buenos proyectos vayan saliendo adelante, poner buenas propuestas encima de la mesa.

¿Cuál será la posición política de su grupo municipal hasta mayo de 2019?

Vamos a ser fieles a los compromisos políticos que adquirimos con la ciudadanía, y actuando con responsabilidad, por ejemplo, dando nuestro voto a favor de los presupuestos. No vamos a entrar nunca en la dinámica de «cuanto peor, mejor».