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Una puerta de entrada a la provincia

Siete extranjeros obtienen cada día permiso para vivir en Alicante a través de un proceso de reagrupamiento familiar

Una familia de origen magrebí pasea por las calles de Almoradí. TONY SEVILLA

Es una realidad que sigue creciendo de forma imparable y que ha supuesto un cambio significativo en el espectro de ciudadanos que conforma una provincia que se dibuja cada vez más variopinta. Ofrecemos oportunidades y quienes vinieron buscando fortuna, trabajo y mejores condiciones de vida, en definitiva un futuro, han echado el ancla y ahora se traen a los suyos. Cada mes, 219 extranjeros (o si lo prefieren, siete personas cada día) obtienen una autorización de residencia en la provincia en virtud de una petición de reagrupación familiar, un trámite burocrático que se gestiona a traves del Ministerio de Trabajo e Inmigración y que exige de un sesudo expediente administrativo que ha acabado positivamente para 5.706 personas entre el 1 de julio de 2015 y el 1 de septiembre pasado, fecha del último informe.

El origen de los solicitantes es de lo más amplio: palestinos, nepalíes, egipcios, georgianos, guineanos, kazajos, bangladesíes, malíes, haitianos o vietnamitas, por poner sólo algunos de los más curiosos ejemplos. Vienen a vivir a una provincia, la nuestra, que fue la que más habitantes perdió el pasado año en todo el país por el descenso de la natalidad (superada por la mortalidad) y por la marcha de europeos, especialmente, de británicos.

¿De dónde viene la mayoría de extranjeros que obtienen autorización? Como es lógico imaginar, de países próximos; de hecho, la mayor parte son marroquíes. Suponen cerca de la mitad de las autorizaciones (2.771), según revela el informe, que se facilitó como contestación del Congreso a una pregunta parlamentaria realizada por los diputados del grupo popular María Dolores Alba, Loreto Cascales y Joaquín Albaladejo.

Y si no resulta muy sorprendente que un país vecino como el marroquí acapare hasta el 47 por ciento de las autorizaciones, sí que lo es que el municipio más «acogedor», es decir, el que más peticiones de acogimiento familiar recibe, no sea el más grande de la provincia: Alicante o, en su defecto, el segundo: Elche, sino el tercero: Torrevieja, que con bastante menos de la mitad de población que la capital ha registrado en los dos últimos años 738 autorizaciones positivas, por las 725 de Alicante o las 513 de Elche.Agricultura y Vega Baja

Y Torrevieja es el claro exponente de cómo la población magrebí se está asentando en la Vega Baja, donde les resulta más fácil encontrar un trabajo que casi siempre está ligado a la actividad agrícola. No en vano la comarca acapara el 50% de la producción de frutas y verduras de la provincia y quien viene de fuera buscando un futuro para él y los suyos no hace ascos a uno que es especialmente duro. Torrevieja no tiene agricultura, pero sí es el principal foco de la provincia en inmigrantes por reagrupamiento. Hace siete meses, Interior abrió una operación en el municipio tras detectar que 96 extranjeros habían obtenido su residencia por reagrupación de forma fraudulenta, con la colaboración de comisionistas (14 investigados), inmobiliarias (16) y funcionarios (3), pero a día de hoy siguen como autorizados y hay que incluirlos. En este periodo se autorizó en el municipio la residencia a 396 marroquíes (53,6%), seis puntos por encima de la media provincial, pero un porcentaje que es mucho menor que en otros municipios de la Vega Baja como Rojales, 23 de los 37 autorizados (62,1%); Formentera del Segura, con 23 de 32 (71,8%); Bigastro, con 47 de un total de 60 (78% de casos); Cox, 38 de 47 (80,8%); Pilar de la Horadada, 175 de 210 (83,3%) o Albatera, con 155 de 183 (84%).

Incluso hay municipios, todos ellos también de la misma comarca, que han superado el 90% de peticiones de nacidos en el país alauí, son los casos de Almoradí, 199 de 216 (92%); Dolores, con 59 de 64 (92,1%), Rafal, con 13 de 14 (92,8%); Callosa de Segura, con 219 de 232 (94,3%); y Catral, con 20 de 21 (95%). Algunos alcaldes, sin querer levantar la voz, se muestran preocupados por este fenómeno imparable.

Fuera del sur de la provincia, y siguiendo con la población de origen marroquí, destaca también el dato de Elda, con 19 de 41 (46,3%); Benissa, con 16 de 23 (69,5%); Cocentaina, con 48 de 62 (77,4%); Alcoy, con 91 de 114 autorizaciones (79,8%); Ondara, con 14 de 17 (82,3%); Pinoso, con 46 de 54 (85,1%); Gata de Gorgos, con 24 de 28 (85,7%); Castalla, con 9 de 10 (90%); Crevillent, con 132 autorizaciones de 146 (90,4%); o Muro de Alcoy, con 53 de 56 (94,6%).

Poblaciones pequeñas

Que una sola nacionalidad, en este caso la marroquí, acapare la mayor parte de peticiones en un municipio se produce muchas veces en poblaciones pequeñas o medianas. Serían los casos ya referidos de Muro de Alcoy (9.307 vecinos, según el INE a 1 de enero de 2016), Pinoso (7.627), Bigastro (6.724), Gata de Gorgos (5.825) o Formentera del Segura (3.995).

Pero llama mucho más la atención cuando se descubre cómo esto ocurre también con extranjeros de otras nacionalidades distinta a la marroquí y que porcentualmente tienen mucha menos presencia en la provincia. Esta circunstancia da lugar a singularidades, como que en Altea, de los 77 extranjeros autorizados por reagrupamiento familiar en el citado periodo 41 sean nepalíes (53,2%); en Banyeres de Mariola, con 25 paquistaníes sobre 31 nuevos «vecinos» (80,6%); Benijófar, con 16 hindúes de 19 extranjeros autorizados (84,2%); Alfaz del Pí, con 12 bangladesíes de 44 vecinos (27,2%); Callosa d'En Sarrià, con 15 ecuatorianos de 24 autorizados (62,5%); Campello, con 23 argelinos -el segundo origen con más autorizaciones en la provincia, con 338- de 44 personas (52,2%); o Denia, con 20 hindúes de 73 (27,3%). También están los casos curiosos de Finestrat, con 13 rusos de 25 (52%); Xàbia, con 28 paquistaníes de 98 (28,5%); Monóvar, con cinco bolivianos de 13 (38,4%); Novelda, con 10 kazajos de 34 (29,4%); Pego, con diez paquistaníes de 18 (55,5%); Santa Pola, con 15 hindúes del total de 42 autorizaciones (35,7%); Villena, con 32 hindúes de 86 (37,2%); y, finalmente, Benidorm, con 129 paquistaníes de 332 permisos (38,8%).

Argelinos

En Alicante, donde se ha autorizado la residencia a personas de 41 nacionalidades distintas, se descubre que la mayoría son argelinos (173), lo que sin duda tiene que ver mucho con el hecho de que exista una línea marítima con la ciudad de Orán. Y esta nacionalidad en cuanto a autorizaciones por reagrupamiento familiar está por delante de marroquíes (166), chinos (57), pakistaníes (52), colombianos (27), hindúes (27) y rusos (26). Los casos más curiosos son un palestino, el único de la provincia, dos nepalíes, nueve haitianos, trece egipcios, dos libaneses, un ecuatoguineano o dos bisauguineanos. En Elche, con 26 nacionalidades distintas (513 autorizaciones) y tras la población marroquí (233) destacan la china (89), que se han convertido en la tercera población extranjera en el municipio, seguida de la argelina (29) y la paquistaní (25). Y en Elche, las curiosidades de nacionalidades las representan los casos de un afgano, tres gambianos o dos venezolanos.

Torrevieja, aunque sea el municipio con más autorizaciones (738), sólo ha atraído en los dos últimos años a personas de 30 orígenes distintos y esto tiene mucho que ver con el hecho de que una única nacionalidad acapare las peticiones. Tras los marroquíes (396) destacan los hindúes (84), rusos (60), chinos (49), ucranianos (41) y argelinos (31). Y curiosos los casos de un israelí, dos kirguíes o dos iraníes.

En Orihuela (426 permisos) y tras los marroquíes (173, un 40,6%), destacan los paquistaníes, con 34; y los argelinos, con 32. Como nacionalidades curiosas están un congoleño y once malíes. En Benidorm (332 autorizaciones), además de esos 129 paquistaníes (la mayoría trabajan en las cocinas de los hoteles) y entre 20 orígenes distintos llama la atención los 53 hindúes autorizados, los 39 marroquíes o los 27 chinos.

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