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Una odisea para traer a dos hijos

Ariela Da Costa, afincada en Orihuela, trasladó a sus pequeños tras cinco años sin verlos gracias a que su marido es español

Ariela Da Costa en la sede de Vega Baja Acoge, donde atendió al diario. tony sevilla

«Lloré mucho por no tener a mis hijos conmigo, es lo más duro de irte a otro país que no es el tuyo». Quien habla así es Ariela Da Costa, una brasileña de 34 años que desde hace algo más de 10 reside en Orihuela, donde llegó de la mano del que es su actual marido, oriolano de nacimiento. Ariela vino a España en 2007 y estuvo trabajando de limpiadora en un local de Logroño, donde conoció al que se convertiría en su esposo tres años más tarde. Había dejado a miles de kilómetros a lo que más quería, sus dos hijos de 8 y 10 años fruto de una relación anterior en su país natal. Las oportunidades de trabajo las tenía aquí, así que decidió quedarse. Tras su matrimonio, su marido hizo todo lo posible para que pudiera permanecer con él en Orihuela de manera legal. Fue entonces cuando oyeron hablar, por primera vez, del reagrupamiento familiar. En un mes los trámites se resolvieron y Ariela comenzaba su nueva vida en España.

Manos

Pero su felicidad no podía ser completa. Sus hijos seguían en Brasil. «Entré en una depresión, tuve una crisis muy gorda, un bajón y no paraba de llorar, eran ya 5 años sin mis niños y no aguantaba más sin ellos», cuenta, aún emocionada. Decidió ponerse en manos de un abogado para tratar de traer a sus hijos a España por reagrupamiento familiar. «Me dijo que no lo podía hacer y me hundí». Aún así decidió viajar a Brasil y tratar de hacer allí los trámites. No dio resultado. «En el Consulado de España me dijeron que desde allí no podía solicitar el reagrupamiento así que cogí a mis dos hijos y los traje a España con un visado de turista para 3 meses, tiempo en el que confiaba en poder arreglar el papeleo». Enseguida comprobó que los requisitos a cumplir para reagrupar un familiar no están al alcance de todos. «Como era extracomunitaria me pedían las 3 últimas nóminas, alta en la Seguridad Social, los recibos de las transferencias bancarias hechas en los últimos meses para demostrar que mandaba dinero a mis hijos a Brasil y el contrato de mi casa», relata.

Fue entonces cuando contactó con Vega Baja Acoge, una asociación con sede en Orihuela que ayuda a inmigrantes a realizar diversos trámites. «La abogada de la asociación me dijo que podía ser mi marido quien pidiera el reagrupamiento, y así lo hicimos con su ayuda. Se hizo todo muy rápido, pensé que los trámites tardarían más, y en menos de un mes ya podían quedarse mis dos hijos conmigo en España, si tienes trabajo va todo rápido», cuenta, sin ocultar una gran sonrisa. Fue en febrero de 2012. «Mis hijos se han integrado muy bien en España, están muy contentos aquí, aunque al principio al pequeño le costó el cambio de país, de cultura», cuenta Ariela. Sus hijos tienen ahora 14 y 16 años «y juegan muy bien al fútbol», dice orgullosa.

Acento

La entrevista la hacemos en una de las clases de la sede de Vega Baja Acoge, la misma en la que Ariela estudia ahora el temario del examen para conseguir la nacionalidad española. Dice que lo ha suspendido una vez «porque puse que el Rey de España era Juan Felipe (risas)». Su español es perfecto y hasta se le ha pegado cierto acento característico de la Vega Baja y maneja muy bien el refranero cuando nos aconseja que «hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo».

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