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A 16 meses de elecciones

Marzà mueve la cúpula funcionarial para agilizar la gestión

La preocupación por el atasco burocrático da lugar a una remodelación de la estructura administrativa

El conseller Vicent Marzà y el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler. Pilar Cortés

A año y medio de elecciones, hay turbulencias en la Conselleria de Educación y Cultura. Quizás no visibles, es decir, no hay previsión de que afecten a altos cargos, pero sí a las entrañas de la maquinaria administrativa. Cambios que están en proceso de ejecución y que afectan a la cúpula funcionarial encargada de ejecutar las políticas de una conselleria que mueve todos los años un presupuesto de 4.700 millones y paga nóminas a más de 68.000 docentes. Es la segunda conselleria en cuanto a presupuesto y una de las joyas de la corona del Gobierno de Puig y cuyas políticas están en el foco desde el inicio de la legislatura. Los movimientos responden, según las fuentes consultadas, al interés del titular del departamento, Vicent Marzà, de dar un impulso a la gestión y desatascar políticas que, como la construcción de centros escolares, el bipartito ve claves para llegar a las elecciones con una buena carta de presentación.

En toda la Generalitat, no solo en Educación, existe la sensación de que el tiempo se echa encima y que la falta de manos y la lentitud de los procesos administrativos está ralentizando la acción política. En Educación, en particular, la digestión de ciertos trámites se está haciendo demasiado pesada y la solución pasará por una reestructuración que trae movimientos de personas, ascensos y también ceses. La mayor preocupación está en el atasco en la construcción de centros docentes porque la Generalitat se ha marcado iniciar las obras en los 24 colegios íntegramente en barracones, en los que estudian 7.000 escolares, antes del fin de esta legislatura. Una meta que preocupa no alcanzar, ya que la izquierda hizo bandera de la lucha contra las aulas prefabricadas.

Reordenación estructural

La reordenación estructural tiene su origen en los cambios en el Reglamento Orgánico y Funcional (ROF) de esta conselleria publicados en noviembre cuya filosofía fue precisamente «responder adecuadamente a los numerosos ámbitos competenciales» de una conselleria con cuatro apellidos (Educación, Cultura, Investigación y Deportes). Esta reestructuración centrada en la creación de nuevas subdirecciones generales y servicios ha traído consigo los movimientos en el que están ahora inmersas las distintas direcciones generales.

El cambio de mayor peso político fue operado por Marzà en septiembre cuando prescindió de su hasta entonces subsecretario, Josep Joan Vidal Borrás. En su lugar fue nombrado Jose Vicente Villar Ribera, quien en su momento fue gerente de la empresa pública de Ciegsa. La salida de Vidal causó sorpresa ya que estaba muy vinculado al Bloc, partido del que procede Marzà. Vidal fue concejal de l'Olleria, al igual que Àgueda Micó, actual responsable de Compromís.

El conseller optó por una persona afín al PSPV como subsecretario, un puesto clave en el organigrama ya que es la persona por donde pasan todos los asuntos (órdenes, nombramientos, leyes...). Este movimiento acabó desencadenando otros en cascada, ya que el puesto de secretario general administrativo (el inmediato inferior del subsecretario) fue cubierto por Javier Bolinches, miembro hasta entonces del gabinete del conseller.

Niegan movimientos políticos

Marzà mantiene como jefe de gabinete a Javier Martínez Valls, militante del ala dura del Bloc y con gran poder de influencia sobre el día a día de la conselleria. Ahora bien, las fuentes consultadas descartan que los movimientos que se están produciendo en la conselleria tengan un componente político o ideológico. Marzà y el secretario autonómico de Educación, Miguel Soler, han hecho un buen tándem, un entendimiento que ha suplido los problemas de mestizaje que existen en esta conselleria. Por ello, insisten las fuentes consultadas, los ceses y ascensos tienen más que ver con la necesidad de Marzà de impulsar la gestión y con el perfil técnico del personal que con una motivación política. El conseller está supervisando los movimientos e incluso ha informado a Presidencia de los más importantes.

Cambios en Cultura

En el departamento de Cultura también se esperan cambios. En concreto en las áreas de Museos y Patrimonio. En este último departamento está previsto el cese de la jefa de servicio Consuelo Matamoros. También aquí se gana una subdirección general y se prepara una reestructuración para ganar eficacia y agilizar la gestión.

Desde la conselleria explican que «hay plazas vacantes de subdirecciones y de jefatura de servicio que se cubren con funcionarios que reúnen los requisitos». «No se trata de ceses y nombramientos tal como se entienden cuando hablamos de altos cargos como son directores generales y secretarios autonómicos, sino de cubrir plazas de funcionariado», matizan.

Estas subdirecciones y jefaturas de servicio, aunque de perfil técnico, son puestos de libre designación reservados a funcionarios del máximo nivel (grupo A1).

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