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María Jose Rodríguez Jaume: «El cambio de nombre es sólo el primer paso para hacer pedagogía sobre la realidad transexual»

La UA cuenta desde enero con un Protocolo de Atención a la Identidad y la Expresión de Género

Vicerrectora de Igualdad de la UA, María José Rodríguez ISABEL RAMÓN

El Protocolo de Atención a la Identidad y la Expresión de Género de la UA, aprobado en el Consejo de Gobierno celebrado el pasado 19 de diciembre y que entró en vigor al día siguiente, ha sido defendido como el más avanzado en materia de amparo a personas transexuales. ¿Qué aspectos lo distinguen de otras medidas puestas en marcha en el ámbito universitario o desde la administración pública?

El protocolo recoge un tratamiento integral en la atención a la persona, en un espacio tan singular como es la universidad. La realidad «trans» no es algo novedoso, pero sí se está visibilizando un cambio social y, con él, muchas realidades diversas. Por ello, creemos que se puede ir más allá incluso de donde dice la legislación. La Comunidad Valenciana cuenta con la Ley Integral del Reconocimiento del Derecho a la Identidad y a la Expresión de Género, que recoge la obligación de las universidades de dirigirse a las personas trans con el nombre y género con el cual se identifican, pero creemos que se puede avanzar más.

¿En qué sentido?

Creemos que se puede hacer pedagogía; que no sólo se trata de atender debidamente a la persona que lo requiere, sino de dar a conocer la realidad «trans» y divulgar y sensibilizar sobre ella. Y con ello, dar pie a que se profundice en su conocimiento. Ahora mismo hay poca investigación y apenas tenemos datos estadísticos al respecto. Necesitamos conocer más la realidad trans para conocer también más la diversidad y sensibilizar más sobre ella. Este protocolo debe ser una llamada más para tratar de revertir la lgtbifobia de la que son víctimas muchas personas en el día a día.

¿Qué acciones se han previsto para impulsar esa sensibilización a la que alude?

Creemos que es fundamental poner en marcha actividades de prevención del acoso por identidad y expresión de género, articulando un procedimiento de actuación propio ante estos casos. Mecanismos que garanticen la protección de quienes lo necesiten. Y también, recursos en prevención de riesgos laborales para el Personal Docente e Investigador o de Administración y Servicios, que también está amparado por el protocolo. A ellos se dirigirán también cursos específicos de sensibilización en la materia.

Y en la atención diaria a las personas «trans», ¿qué elementos se recogen en la normativa, además de la obligación de dirigirse a ellas con el nombre y género con los que se identifican?

El cambio de nombre es fundamental, pero es sólo el primer paso para hacer pedagogía sobre la realidad «trans». Hay muchos elementos colaterales que recogemos en el protocolo. Entre otras, la adecuación de todo el expediente administrativo, hacer que los baños sean inclusivos -que no sean necesariamente para un género- y dar a conocer su existencia, favorecer el acceso a instalaciones como los vestuarios de la zona deportiva o incluso la adaptación curricular en los casos en los que sea necesario. Hay que tener en cuenta que hay personas que pasan por procesos de hormonación o por intervenciones quirúrgicas, y que eso les impide seguir el ritmo normal en las clases, por lo que debemos facilitar que eso no influya en la continuidad en los estudios.

Otro aspecto en el que se hizo hincapié al anunciar la aprobación del protocolo es que incluye también a personas de empresas externas que prestan servicios en la universidad...

Así es. No hay razón para dejar fuera de esta atención al personal de las contratas de limpieza, mantenimiento, jardinería, seguridad y restauración, que también trabaja en la Universidad de Alicante y que, por lo tanto, debe tener el mismo derecho a no ser objeto de acoso. No obstante, hay que recordar que estas personas también tienen las mismas obligaciones que el resto de la comunidad universitaria en esta materia. Por lo tanto, si son acosadoras se actuará contra ellas de la misma forma en la que se prevé para alumnado o personal propio en esos casos.

¿Alguna persona ha solicitado ya acogerse al protocolo?

Hasta el momento dos personas se han puesto en contacto con la Unidad de Atención a la Diversidad para pedir información sobre el protocolo. Confío en que soliciten quedar amparadas por él. Sobre esa cuestión, quiero hacer hincapié en que todos los trámites se realizan de forma telemática, por lo que se preserva en todo momento la intimidad de la persona. La confidencialidad es un principio básico de garantía.

Este protocolo ha venido precedido de otras acciones de sensibilización o divulgación sobre la diversidad afectivo-sexual y étnica. ¿Cree que son elementos a mantener siempre en valor?

Sí. Hay un compromiso serio del rector al respecto y yo lo comparto plenamente. Hay que oficializar la atención a la diversidad, un concepto que antes se entendía sólo como algo físico. Estos temas tienen una carga social enorme, y su promoción es estratégica: la universidad debe ser quien lidere el cambio social a través de la educación y de la investigación.

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