Más de cien comunidades que se dedican a la vida consagrada conviven en la Diócesis de Orihuela-Alicante, una realidad muy variada en la que conviven más de un millar de personas con más de medio centenar de carismas diferentes.

Así lo expllican desde el Obispado, que se suma un año más estos días a la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que instauró el Papa Juan Pablo II en 1997 y que se celebra bajo el lema "La Vida Consagrada, encuentro con el Amor de Dios". Con este fin, se celebran ceremonias hoy en la iglesia de San Vicente Ferrer de Orihuela y mañana sábado en la Concatedral de San Nicolás, en Alicante

La ceremonia de esta tarde comenzará a las 18:00 horas, dentro, además, de los actos conmemorativos del 50 aniversario de la parroquia de San Vicente Ferrer de Orihuela. Mañana, viernes 2 de febrero y día propio de la Vida Consagrada, el obispo diocesano, monseñor Jesús Murgui, presidirá una eucaristía a las 19:30 horras en la Concatedral de San Nicolás de Alicante. A la misma es tradición que acudan representantes de las diferentes realidades de vida consagrada de la Diócesis de Orihuela-Alicante.

Vida consagrada

La realidad de la vida consagrada en la Diócesis de Orihuela-Alicante es muy variada. Conviven más de cien comunidades que suman más de un millar de personas con más de medio centenar de carismas diferentes.

Según explican desde el Obispado, hay congregaciones de vida contemplativa en ciudades como Orihuela, Alicante, Altea, Elche, Onil y Villena. Por otro lado los servicios que las comunidades de religiosos (tipo Agustinos, Franciscanos, Capuchinos, Salesianos) y las de religiosas de vida activa (como Carmelitas, Adoratrices, Salesianas, Dominicas Oblatas) prestan a la Diócesis y a la sociedad van desde la atención de residencias de ancianos hasta la pastoral penitenciaria, pasando por la docencia en numerosos colegios, la atención de casas de espiritualidad, a parroquias o sacerdotes.

También desarrollan su misión en el ámbito de la sanidad (psiquiátrico, hospital), en el trabajo con grupos con riesgo de exclusión social (obras sociales, acogida a las mujeres solteras y maltratadas), atienden a enfermos pobres incurables, como es el caso del Cottolengo, llevan adelante iniciativas de pastoral en el mundo gitano, en el mundo obrero, en la pastoral de la cultura y en la atención a santuarios y lugares de culto.

En la Diócesis trabajan otras comunidades religiosas menos conocidas pero con una gran labor social y caritativa como son las llamadas sociedades de vida apostólica; los Institutos Seculares, que reúnen a hombres y mujeres seglares que trabajan por los demás desde dentro de la Iglesia; las llamadas Vírgenes Consagradas Seglares y congregaciones de las denominadas "Nuevas formas".

"La realidad de Orihuela-Alicante es muy rica y variada con más de un centenar de comunidades y más de un millar de personas consagradas", explican las mismas fuentes.