El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presidirá el viernes en el aeropuerto de Alicante-Elche el acto institucional de celebración de los 50 años del aeródromo alicantino, que se cumplieron el 4 de mayo del año pasado. Rajoy visitará una terminal que se consolidado como quinta de España y 14 de Europa en tráfico y siendo un «motor» de empleo con 6.000 personas que trabajan directamente en el interior de la terminal. Se cumple el 50 aniversario desde el primer aterrizaje de un avión procedente de Madrid un 4 mayo de 1967.

El aeropuerto ha sufrido dos grandes transformaciones en estos 50 años para convertirse en una de las terminales más modernas de España con capacidad para mover 20 millones de pasajeros al año pero con una gran asignatura pendiente, la falta de conexión ferroviaria con Elche, Alicante y Benidorm, ciudad a la que llega el 50% de los pasajeros que arrancan sus vacaciones en la Costa Blanca. Conexión que ahora planifica el Ministerio de Fomento.

El aeropuerto ha sido clave para el desarrollo turístico de la provincia desde principios de los años 70. Como anécdota. Hasta la inauguración de la terminal charter (1972), los turistas que llegaban desde Londres aterrizan en Valencia de allí llegaban a Benidorm en autobús.

El aeropuerto que abrió sus puertas en 1967 se completaría con una terminal chárter en 1972 y con varios edificios hasta que en 1996 se acometería la primera gran ampliación con la construcción de una segunda terminal hoy utilizada para aviación general y vuelos privados. Tras ésta, en 2007 arrancaría la construcción de lo que desde la primavera de 2011, hace seis años, es un nuevo aeropuerto.

El arquitecto y diseñador de la terminal actual fue Bruce Fairbanks y su equipo desarrollaron toda la obra basándose en dos conceptos: la arquitectura bioclimática y la funcionalidad. La inversión total del plan de ampliación desarrollado entre 2004 y 2011 asciende a 570 millones de euros, de los cuales 384 millones se invirtieron en la terminal.

El aeropuerto dispone desde entonces de una sala de facturación con una superficie de 15.500 m2 . Además, 148 mostradores de facturación, 42 puertas de embarque, 21 pasarelas y 25 cintas de recogida de equipajes. Cuatro mil doscientas plazas de aparcamiento y una zona reservada para la llegada del TRAM y/o el ferrocarril, la gran asignatura pendiente.

Antes del aeropuerto actual, Alicante disponía de la base aérea de Rabasa, que se había creado con fines militares durante la Guerra Civil. La base había sido utilizada por la aviación comercial de manera irregular y con bastantes dificultades debido a una serie de condiciones desfavorables (viviendas muy próximas, accesos difíciles).