Junto a la historia de superación de la karateca de 17 años elegida por su maestro, entre las de todos sus alumnos, para contarla en el libro de relatos infantiles sobre artes marciales «Un viaje mágico», destacan otras como la de José Alberto Cuevas, sensei de kárate «goju riu», quien con 17 años tuvo que asumir una escuela en Madrid por la enfermedad de su maestro, sacándola adelante con éxito.

Y no solo contiene relatos de hoy. También de otras épocas, como el de una familia de samurais que existió hace un siglo y que ha servido al judoca alicantino David Golf para inspirar un relato sobre la ira, el segundo que aporta a este libro benéfico en el que participan los 16 deportistas de distintas provincias que integran la asociación Amigos de las Artes Marciales, quienes, lejos de rivalidades, se unen para difundir los valores de estas prácticas.

Entre los relatos de «Un viaje mágico» los hay reales, incluidos los de inspiración autobiográfica, otros son exposición de historias docentes y otros de ficción, imaginados a modo de cuento, con una moraleja. Todos hablan de honor, disciplina mental, forja del carácter y autoconfianza, es decir, de los valores que se enseñan y desarrollan dentro de los entrenamientos de las artes marciales, inspirados en la filosofía oriental.

Cada vez hay más afición y más técnicas en auge, como el «choson mu sul», que es un arte marcial coreano; el «finalbudo»; «hapkido»; kárate «goju ryu»; o el «shotokan». Sin olvidar el «taekwondo». Aunque Alicante es sobre todo tierra de kárate y judo.

Sólo en la escuela «Taiji Kase» de Alicante, en la que imparte clases uno de los maestros de artes marciales autores de los relatos, hay matriculados más de 75 niños y medio centenar de adultos de todas las edades. «A los niños las artes marciales les aportan valor y autoestima. Ahora están entrenando varios chavales autistas y les ayuda, y no sólo a ejercitarse. En cinco o seis meses mejoran mucho y se relacionan mejor con los demás niños. Es algo bueno para ellos», explica Golf, que lleva practicando artes marciales desde 1980. Fue alumno de Alberto Valverde, introductor del judo en Alicante, entrenador nacional y maestro de las medallistas olímpicas Miriam Blasco e Isabel Fernández.

Este judoca convertido en escritor imparte clases de artes marciales mixtas junto al sensei Juan Muñoz y Ana Isabel Gaitán en la escuela «Taiji kase», que toma su nombre de un maestro japonés de kárate «shotokan», quien fue uno de los pioneros en la introducción de este arte marcial en Europa.

Las artes marciales mixtas son una combinación de técnicas provenientes de técnicas tradicionales y modernas para la competición en el deporte de combate y para la defensa personal no armada. En esta escuela asisten también a clases de defensa policial 17 agentes.

La academia alicantina ha recibido esta semana la visita de Paco Sansano, que tiene en California una escuela de «jeet kune do», la Sansano Academy of Martial Arts. Más de un centenar de alumnos acudieron al seminario de este experto que fue alumno de Dan Inosanto, heredero del estilo de Bruce Lee, y que participó con él en algunas películas. Como señala José Alberto Cuevas, otro de los «escritores» del libro de relatos, el arma más poderosa de un artista marcial no son sus brazos ni sus piernas, sino su corazón, con cuya fuerza «se puede vencer cualquier adversidad transformando su poder en sentimientos».