Nuevo año, mismo escenario. La estrategia del exconcejal de Urbanismo y portavoz de Guanyar Alacant, Miguel Ángel Pavón, de llevar al pleno asuntos ligados a su gestión al frente de una de las concejalías con más peso del Ayuntamiento durante la etapa del tripartito volvió a situarle ayer en el centro de las críticas, mientras el alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, encausado en dos procesos judiciales por presunta prevaricación, vivió de nuevo una sesión, en general, plácida. De hecho, una vez más, el portavoz municipal del PP, Luis Barcala, volvió a repetirle a Pavón un mensaje ya escuchado en el salón de pleno del Ayuntamiento de Alicante: «Apunte bien, el alcalde sale de rositas y ustedes se llevan la crítica».
Y es que, en el primer pleno ordinario del año, Pavón se convirtió de nuevo en la diana de las críticas más duras en una sesión anodina, con acuerdos de aplicación directa con trascendencia relativa. Su gestión en Urbanismo fue especialmente censurada por el grupo que dirige ahora en solitario el gobierno tras la ruptura del tripartito provocada por la negativa a dimitir de Echávarri. El propio alcalde de Alicante, al término del debate de la moción presentada por Guanyar para crear un órgano de seguimiento de los trabajos relativos para la revisión de un Plan General con tres décadas de vida, reprochó a su antiguo socio de gobierno su labor al frente de Urbanismo, asumiendo la responsabilidad por la falta de control interno durante los dos años y medio de gobierno a tres bandas. «Nuestro compromiso era impulsar la revisión del PGOU, y ahora es nuestro fracaso. Es mi error por haberme fiado del que tenía sentado a mi lado», señaló Echávarri, quien explicó que el máximo responsable de la Oficina del PGOU, que está a punto de jubilarse tras renunciar a la prórroga que había solicitado antes de la ruptura del tripartito, le aseguró que la primera instrucción sobre el inicio de un nuevo Plan General que recibió de Pavón data de junio de 2017, es decir, dos años después de que el gobierno de PSOE, Guanyar y Compromís se pudiera al frente del Ayuntamiento de Alicante. «Su trabajo ha sido cero, pero el error es mío. No podía imaginar que me sentaba con alguien que me engañaba», le reprochó el alcalde en el cierre del debate sobre una moción de Guanyar que no se aprobó al contar sólo con el apoyo de Compromís, frente al rechazo de PSOE, PP y Ciudadanos.
Antes de Echávarri fue el turno de la actual concejala de Urbanismo, la socialista Eva Montesinos: «No hizo nada en tres años, esta moción es un intento de manipulación», subrayó Montesinos, quien lanzó otro mensaje a Pavón: «Ya no es el concejal de Urbanismo por decisión propia. Asúmalo y déjenos trabajar».
Pavón acusa de «sectarismo»
El portavoz de Guanyar no se dio por aludido ante las críticas del PSOE, que se sumaron a las procedentes sobre todo desde la bancada de PP y Ciudadanos, ya que Compromís se mostró tibio, optando por mirar al futuro y no pensar tanto en el pasado de un equipo de gobierno del que formaban parte. Pavón, para empezar, acusó a Echávarri de decir «tonterías» por plantear en un pleno anterior la recuperación de los trabajos realizados por Lluís Cantallops, durante el mandato de Luis Díaz Alperi, en un intento de impulsar la revisión del actual PGOU. «Si le quedara algo de vergüenza, dimitiría o al menos conténgase con sus ocurrencias», apuntó el edil de Guanyar, para quien el PSOE ha decidido «desmantelar» la Oficina del PGOU para «primar las licencias, la vertiente más privada del urbanismo». Además, el portavoz de Guanyar acusó de «revanchismo y sectarismo» al gobierno de Echávarri desde su entrada a Urbanismo tras la ruptura del tripartito. En su réplica, tras escuchar a Montesinos pero antes de la intervención de Echávarri, Pavón acusó al alcalde de tener una «visión provinciana del Urbanismo», además de calificar como una «sarta de mentiras» las acusaciones de inacción realizadas por su sucesora al frente de la concejalía. El líder de Guanyar, en una petición que puede marcar el futuro de los presupuestos, volvió a reclamar al gobierno que incluya en las cuentas municipales para 2018 una partida de 70.000 euros para destinarla a trabajos en favor del PGOU.
Por otro lado, PP y Compromís coincidieron a la hora de reclamar a Montesinos que ponga sobre la mesa su «hoja de ruta» para la revisión del actual Plan General. Tanto Barcala como Bellido aseguraron también que no se avanzará nada este mandato. El más gráfico fue el líder de la coalición de izquierdas: «Tienen que decir que cómo van a hacer un PGOU con cinco concejales. Tengan honestidad y díganlo». Barcala, además, sugirió a Echávarri y Pavón que dimitieran: «Señor Pavón, coja del brazo al alcalde y váyanse los dos». Desde Cs, en coherencia con lo votado en un pleno anterior que tumbó el intento del PSOE de crear una comisión específica sobre el PGOU, se pidió a Pavón que retirase la propuesta y pidiese por registro la convocatoria de la comisión de Urbanismo. La petición no tuvo éxito, Pavón prefirió perder la votación.
En el pleno, que se prolongó desde las 9.30 y hasta las 17.30, se abordaron otros asuntos de actualidad como la descarga de graneles en el Puerto (donde se vivió cierta tensión por las críticas de los vecinos presentes en el Salón Azul del Ayuntamiento), la financiación ilegal del PP admitida por exdirigentes del partido y empresarios o la equiparación salarial de la Policía Nacional y la Guardia Civil con los Mossos d´Esquadra.
