La neblina y el frío con el que ha amanecido Alicante Alicantedará paso cuando despeje, que despejará la Agencia Estatal de Meteorología, a fin de semana primaveral con temperaturas mínimas de diez grados pero máximas que pueden llegar a los 23 grados en las horas centrales del día en la franja costera, según la Aemet. Anticiclón pues típico del mes de enero en Alicante donde siguen resistiéndose las necesarias lluvias.

Alicante afronta un invierno que va a ser más cálido de lo normal más cálido y seco, lo que agravará la situación de sequía en una provincia que cerró el otoño más seco desde 1981, hace 36 años, con un déficit de lluvias del 82%, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología. La situación no se presenta mejor en el resto de España donde tampoco lloverá mucho en el primer trimestre del año, por lo que todo se fía a la primavera de 2018. Las lluvias de las últimas semanas han pasado de largo de la cabecera del Tajo, donde interesa que llueva para poder alimentar el cerrado trasvase Tajo-Segura.

Las temperaturas del invierno se situarán por encima de los valores medios y, en consecuencia, los próximos tres meses seguirá siendo de carácter cálido, sin que aún se pueda prever si lloverá lo suficiente para paliar la sequía. Los últimos cuatro años han sido más cálidos de lo normal, algo que coincide con las predicciones de cambio climático que indican que el clima está evolucionando hacia un carácter más cálido, según apuntó el delegado territorial de Aemet, Jorge Tamayo.

El pasado 2017 fue el año más cálido registrado en los océanos mundiales, un récord que se bate por quinto año consecutivo, y que demuestra la absorción masiva por los mares del exceso de CO2 emitido a la atmósfera por las actividades humanas.

Según un análisis oceanográfico actualizado del Instituto de Física Atmosférica de la Academia de Ciencias de China, en sus 2.000 metros superiores, los mares de la Tierra fueron 1,51 por 10 elevado a la 22 julios más cálidos que el segundo año más cálido, 2015, y 19,19 por 10 elevado a la 22 julios por encima del período de referencia climatológica 1981-2010.

Debido a su gran capacidad de calor, el océano acumula el calentamiento derivado de las actividades humanas; de hecho, más del 90% del calor residual de la Tierra relacionado con el calentamiento global es absorbido por el océano.

Como tal, el registro global del contenido de calor oceánico representa con fuerza la firma del calentamiento global y se ve menos afectado por el ruido relacionado con el clima y la variabilidad climática, como los eventos de El Niño y La Niña.

De acuerdo con este análisis del océano, los últimos cinco años han sido los cinco años más cálidos en el océano. Por lo tanto, la tendencia de calentamiento a largo plazo impulsada por las actividades humanas continuó sin cesar.

El aumento en el contenido de calor oceánico en 2017 ocurrió en la mayoría de las regiones del mundo. La huella de los gases de efecto invernadero en el hombre sigue afectando al sistema de la Tierra.