La Conselleria de Sanidad ha detectado que en los hospitales y centros de salud de la provincia de Alicante existe un déficit de médicos y enfermeros en casi 60 especialidades.

Así se desprende del borrador del Plan de Ordenación de Recursos Humanos que Sanidad está a punto de aprobar de manera definitiva. Este plan incorpora un estudio pormenorizado de las bolsas de empleo de cada departamento de sanidad con el objetivo de determinar qué categorías son especialmente deficitarias y por lo tanto tienen dificultades para encontrar profesionales de cara a cubrir una baja o unas vacaciones.

Pediatras, médicos de familia, cirujanos, enfermeros, psiquiatras, neumólogos, oncólogos.... el abanico de especialidades es enorme, 59 en la provincia de Alicante, sobre todo si se tiene en cuenta que la bolsa de empleo de sanidad consta en total de 106 categorías profesionales.

Para realizar esta determinación, Sanidad ha tenido en cuenta la situación de las listas temporales de empleo, «atendiendo al número de candidatos disponibles inscritos, y al volumen de contrataciones realizadas». Para establecer que una categoría es deficitaria, la Conselleria toma como criterio que haya menos de un 10% de candidatos en bolsa disponibles.

El departamento del Hospital General de Alicante y el de la Marina Baixa son los que presentan un mayor déficit de médicos y enfermeros, con 38, aunque todos los departamentos sanitarios tienen más de 30 categorías profesionales con menos de un 10% de candidatos en bolsa, salvo Denia, con 28.

La falta de profesionales pone contra las cuerdas, sobre todo en verano, a los coordinadores de hospitales y centros de salud, que tienen que hacer malabarismos para encontrar profesionales que cubran a médicos y enfermeros que están de vacaciones.

Los motivos de esta falta de profesionales hay que buscarlos en la mala planificación que desde hace años se produce en la distribución de las plazas de formación de médicos residentes a nivel nacional, denunciada desde numerosos ámbitos. También en el elevado número de médicos y enfermeros que con la crisis se han marchado a otros países en busca del un futuro laboral mejor.

La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos estima que en toda España han sido 10.000. Pero además, la precariedad de los contratos hace que también muchos profesionales opten por marcharse a comunidades autónomas que ofrecen una mayor estabilidad laboral.

Para la Conselleria de Sanidad, la solución a este mal se encuentra en el retraso de la edad de jubilación, que el anterior gobierno del Partido Popular rebajó a los 65 años.

Según se contempla en el borrador del Plan de Recursos Humanos de la Conselleria de Sanidad, a partir de ahora se establecerán dos tramos para prolongar la actividad laboral. El primero irá hasta los 67 años. Para permitir trabajar hasta esa edad, Sanidad tendrá en cuenta que el índice de empleo en el ámbito del trabajador que solicite continuar sea superior al 90%.

A partir de los 67 años y hasta los 70 se tendrán en cuenta, además, otros requisitos más subjetivos y en función de las necesidades de cada servicio. Entre ellos la actividad investigadora del profesional o la transmisión del conocimiento experto.

Esta medida mantiene divididos a los sindicatos del ramo sanitario. Mientras el Sindicato Médico siempre se ha mostrado favorable a que los médicos trabajen más allá de los 65 años, CC OO rechaza prolongar la edad laboral más allá de esa edad . «La solución al déficit de profesionales en bolsa pasa porque la Conselleria de Sanidad presione para que se aumente el número de plazas para la formación de residentes», señala Francisco Martínez Galindo, responsable de Sanidad en CC OO.

El sindicato cree que esta medida «tendrá consecuencias muy graves en un futuro próximo, como la limitación para la incorporación de jóvenes profesionales a la plantilla, el retraso de la necesaria renovación y la disminución de la excesiva edad media de la misma», advierten. La provincia de Alicante lleva años prácticamente con el mismo número de plazas de formación para médicos especialistas, «lo que no tiene ningún sentido», denuncia Martínez Galindo.