El director ejecutivo de la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), António Campinos, presentó ayer la culminación de la construcción de la oficina europea en Alicante, cuyos primeros pasos se empezaron a dar en una sede provisional en la avenida de Aguilera en 1994, y que hoy se levanta en un complejo espectacular en la partida de Agua Amarga con capacidad para 1.600 funcionarios y en el que se han invertido, en total, alrededor de 75 millones de euros desde 1996.

Campinos, que presidió el ya tradicional Cóctel de Año Nuevo de la EUIPO, participó también en el que será su último gran acto público en la ciudad a la que llegó en 2010 y desde la que da el salto a la Oficina Europea de Patentes de Munich el próximo mes de julio. Antes, ayer, dio a conocer la culminación de la oficina europea. El cóctel volvió a convertirse en un punto de encuentro de la sociedad empresarial y cultural de la provincia de Alicante. No faltaron tampoco el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y los alcaldes de Alicante y Elche.- Entre las ausencias destacó la del presidente de la Diputación, César Sánchez (que residía un acto munipal en Calp), a quien representó de su vicepresidente Carlos Castillo. Por la Diputación también acudió Eduardo Dolón, diputado de Turismo.

Dos edificios destinados a despachos, salas de reuniones y centros de formación unidos al inmueble principal por un pasillo acristalado en altura de 68 metros de longitud, en medio de un campus en el que se ha creado una zona deportiva que preside una escultura del artista alicantino José Azorín y dos ficus «que con el tiempo espero que sean tan majestuosos como los del Portal de Elche o el paseo de Canalejas de esta ciudad de Alicante, donde he vivido el hito más importante de mi carrera y que siempre voy a llevar en mi corazón», subrayó un António Campinos al que en ocasiones pudo la emoción del momento.

La EUIPO cierra así la construcción de su sede con la puesta en marcha de esta tercera fase que ha supuesto una inversión que ronda los 15 millones de euros sobre una superficie de casi cien mil metros cuadrados. La tercera fase se desarrolla sobre la parcela adquirida al otro lado de la calle de entrada en la avenida de Europa. Se completa con dos nuevos edificios y la reordenación del entorno en el que se encuentra la agencia europea, y el acondicionamiento de los jardines públicos de esta zona. El nuevo complejo facilita la entrada de luz natural y permite una intensa relación interior y exterior con el fin de crear entornos de trabajo eficaces. Acogerá a partir de marzo 150 funcionarios y tendrá un centro de formación con diez aulas y cinco salas de reuniones. Además, se ha construido una zona deportiva con campo de futbol, cancha de voley-playa, pádel y zona de running.

Los edificios adoptan una posición no paralela entre ellos para dotar al conjunto de un mayor dinamismo y riqueza espacial. Una pasarela aérea y una marquesina comunican y unen la nueva fase con el resto de edificios y la recepción principal, dotando al conjunto de unidad alrededor de la plaza central, auténtico corazón y nuevo gran vestíbulo del campus.

La EUIPO se ha convertido, como enfatizó en el cierre de discursos el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, no sólo en la principal agencia europea, sino en un «modelo que habría que explicar a todos aquellos euroescépticos, que debieran visitar la oficina para ver lo que es una Europa descentralizada que funciona. Desde la Generalitat siempre estaremos abiertos a pactos con la EUIPO que ha demostrado ser clave para Alicante».

Antonio Campinos repasó, por su parte, a lo largo de su intervención, lo que ha significado la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea desde que abriera sus puertas en 1994 en la avenida de Aguilera con capacidad para 80 trabajadores. Veinticuatro años después son 1.600 los funcionarios que pueden trabajar en unas instalaciones que tienen todos los certificados de eficiencia energética y arquitectónica. Campinos recordó, además, el impacto de 400 millones de euros que produce la actividad de la oficina en Alicante -estudio de la Cámara- manteniendo en total unos 3.500 empleos.

En cuanto al balance del año pasado, el director ejecutivo de la EUIPO señaló que la solicitudes de marcas crecieron un 8% alcanzando la cifra récord de 143.395. A esta cifra se sumaron los 109.637 peticiones de modelos, un 3,6% más. El jurista, experto en Propiedad Intelectual, se felicitó de que a lo largo de estos años se hayan clausurado «20.000 sitios web desde los que se vendían productos falsificados».

Desde el punto de vista de la sostenibilidad, Campinos volvió a recordar su empeño en la construcción del carril-bici que les conecta con Alicante y reclamó que se prolongue a Urbanova y Elche. El director de la EUIPO no se olvidó del bosque urbano iniciado en la sierra del Porquet, donde ya se han plantado 598 árboles para llegar a los 4.000 en 2020 «y como alicantino de Lisboa que soy volveré para verlos crecer», anunció Campinos, que no se quiso despedir sin dar las gracias Alicante, a las autoridades, a la sociedad civil y en especial al presidente Ximo Puig del que no quiso despedirse sin dejar un recado cariñoso. «Espero que la Volvo siga muchos años en Alicante y si no puede ser pues que se vaya a Portugal». Al final ya, en el epílogo de su discurso, Campinos no quiso irse si dejar de entonar el «muito obrigado» (gracias en portugués) «a los alicantinos», en unas palabras con la voz ya emocionada.

Emotiva fue también la intervención de Cristine Roy, primera responsable de comunicación de la entonces OAMI, que ha vivido en primera persona los 24 años de evolución de la oficina. Roy, que se jubila este año, llegó a la oficina de la mano de su primer presidente, Jean Claude Combaldieau. «Costó que nos conocieran. Recuerdo los primeros meses, en los que muchas madres de Alicante venían con sus hijas pensando que eramos una agencia de modelos, o cuando junto a un compañero nos fuimos por las calles a hacer una encuesta, y cuando preguntábamos a la gente si sabían que era la OAMI había muchos que nos identificaban con un programa infantil de televisión».

Miguel Villarroya, otro de los pioneros en la oficina, y responsable de la construcción desde su función de responsable de infraestructuras, explicó que el tercer edificio, en realidad dos, acogerá a 150 empleados. Dispone de una sala de conferencias para 85 personas, ocho salas de formación para 120 personas y varias para reuniones que llevarán el nombre de «mujeres europeas cuya contribución ha marcado un antes y un después en la historia de nuestra sociedad».