E l Ministerio del Interior redobló ayer la seguridad en el puerto de Alicante con la llegada del primer ferry procedente de Argel tras los atentados registrados la pasada semana en la capital argelina. El barco «Riviera Adriática», con 740 pasajeros y 105 vehículos, atracó al mediodía de ayer en la zona portuaria con cuatro horas de retraso debido al exhaustivo control que realizó la policía argelina en el puerto de Argel, según afirmaron fuentes policiales, al tratarse de la primera embarcación que llegaba a Alicante desde esta ciudad tras los atentados terroristas reivindicados por Al Qaeda.

Una vez en Alicante, la vigilancia se incrementó notablemente respecto a la pasada semana con la llegada del ferry de Orán -a unos 500 kilómetros de Argel- al día siguiente de las explosiones, que provocaron la muerte de más de treinta personas y cerca de sesenta heridos. Ayer, una veintena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y cerca de una docena de efectivos de la Guardia Civil se encargaron de registrar a pasajeros, vehículos y equipajes, lo que triplicó la vigilancia habitual.

La Guardia Civil, además, reforzó las medidas de seguridad con la incorporación de dos perros adiestrados para detectar explosivos en los vehículos, mientras que la Policía Nacional instaló un control adicional con seis agentes a la salida del recinto portuario, donde se registraba el interior de los vehículos.

Los miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil disponían asimismo de fotografías de un total de 18 personas sospechosas que debían descartar del pasaje.

El control de los pasajeros se prolongó durante cerca de dos horas, a pesar de que los registros fueron igual de exhaustivos que con la anterior embarcación de Orán, aunque en esta ocasión el pasaje fue más reducido, con 350 pasajeros menos que la pasada semana.

De los registros realizados, la Policía Nacional requisó cinco botellas de cloruro de sodio, ya que, según explicaron, esta sustancia se puede utilizar en la elaboración de explosivos, aunque fuentes policiales indicaron que muchos árabes lo emplean para obtener suero fisiológico, como alegó el portador de las botellas.

Los controles terminaron hacia las dos de la tarde sin detención alguna de personas, ni incidentes entre los pasajeros, salvo con un joven, que protestó tras ser registrado y profirió gritos contra los agentes de la Guardia Civil, pero sin mayores consecuencias.