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La atracción por los chollos

Las tiendas outlets que abrieron con la crisis ofreciendo sobre todo ropa y calzado, se han extendido a todos los sectores

La atracción por los chollos

¿Unas sandalias de 120 euros a 30? ¿Una chaqueta de 60 a 20 euros? No hay quien se resista. No hay nada más tentador cuando uno va de tiendas que una etiqueta con un 70 o un 80% de descuento en su precio original, sobre todo si hablamos de marcas habitualmente prohibitivas para la economía de la mayoría. Para eso están los outlets, ese formato de negocio copiado de los Estados Unidos que afloró como las setas en España a consecuencia de la crisis a principios de siglo. El concepto es claro: permite al comercio deshacerse del stock sobrante de cada temporada, y al cliente aprovechar la rebaja de los precios de unos productos con la calidad y diseño de la marca aunque sean de otros años.

En la provincia, el boom de los outlets parece haber llegado para quedarse con tiendas en el centro de la ciudad de una o varias marcas, centros comerciales que albergan exclusivamente estos negocios, como el Outlet Store de San Vicente, o agrupaciones de diversas marcas de un sector con tiendas outlet ubicadas en general a las afueras de los centros urbanos que se han consolidado como un atractivo, incluso para el turismo, como es el caso de las rutas de outlet de calzado de Elda y de Elche.

Según los datos de la patronal del textil Acotex, el 15% de las ventas de ropa se realizó en 2015 a través de los outlets, tanto físicos como online, en plataformas en internet que permiten a las firmas rentabilizar el stock sobrante. Una cantidad nada despreciable frente al 0,9% que se facturaba en 2001 a través de los outlets. En 2016, el sector textil en España facturó 18.012 millones de euros, de los que unos 2.700 se vendieron a través de outlets. El porcentaje es similar en el calzado, con lo que de sus 1.993 millones de euros de producción en este sector el año pasado, según los datos de la patronal FICE, casi 300 millones saldrían a través de este tipo de negocios.

El comercio tradicional, ante la competencia de estas tiendas, está incorporando el formato a sus propios establecimientos. Según señala el presidente de la asociación Corazón de Alicante, Vicente Armengol, «casi todos los negocios tenemos una zona outlet en nuestras tiendas con prendas de la temporada anterior para dar salida al stock». Alerta, sin embargo, de que últimamente se está confundiendo la venta outlet con los descuentos, las rebajas o los saldos. El interés que, a su juicio, suscitan los outlets es poder adquirir productos de buena calidad y marca a menor precio, «con descuentos que pueden oscilar entre un 20 y un 70% de descuento aunque de la temporada anterior y en tallas sueltas». Lo que parte del comercio tradicional rechaza es la proliferación de ferias outlet en plena temporada de ventas que sí les hace daño y que, según señala Armengol, «deberían realizarse a finales de las rebajas como hacen en otras zonas de España».

Una de las ferias outlet más grandes de la provincia es la de la Institución Ferial Alicantina, mientras que muchas localidades organizan sus propias ferias outlets como las de la zona Volvo o la del paseo del Puerto en Alicante.

De novias a colchones

El fenómeno outlet ha llegado a todos los sectores. Una tienda de novias de Petrer, por ejemplo, divide su oferta entre vestidos de temporada y de outlet. Conseguir un vestido de novia de marca de 2.000 euros a 400 aunque sea de años anteriores resulta muy tentador para muchas clientas, aunque a la hora de la verdad no es tan fácil llevarse una de estas gangas a casa. Tal como indica su propietaria, María Salud Serrano, «la zona outlet de nuestra tienda funciona bastante bien, es uno de nuestros pilares fuertes. Nosotros vendemos también de temporada pero la gente lo primero que quiere ver son los vestidos de outlet de 300 o 400 euros». «Lo malo es que son modelos de stock que ya no se fabrican y si no le encajan a la clienta no se puede hacer mucho», añade.

Ropa y calzado son los productos que más salida tienen en los outlets, hasta el punto de que se han convertido en un foco de atracción de visitantes y turistas en el caso de las rutas del calzado en Elda y Elche.

La Asociación Ruta Outlet Elche Parque Empresarial está formada por 28 tiendas que representan a más de 50 marcas de moda, sobre todo de calzado de mujer, hombre y niño. Por otra parte, en Elda hay cuatro zonas en las que se han establecido tiendas outlets de muchas de las prestigiosas marcas de calzado que se fabrican en la ciudad a buenos precios.

Pero el boom que experimentaron los outlets a raíz de la crisis económica llegó a comercios de todo tipo. En la provincia hay outlets de joyas, productos deportivos, objetos de piel, telefonía, electrodomésticos, juguetes, alimentos gourmet, ropa de hogar... De todo, aunque en ocasiones, bajo el título de outlet no solo hay productos de otras temporadas o descatalogados, sino también objetos con taras o defectuosos, algo que debe figurar de forma visible en la etiqueta del producto.

El gerente de una tienda outlet de decoración de El Campello, Antonio García, considera que «outlet es como una palabra mágica que en muchos casos se está desvirtuando porque hay quienes lo colocan como un foco de atracción pero luego, en realidad, no tienen buenos precios». En este sentido, García apunta que «cuando la gente viene a un outlet busca sobre todo buen precio pero hay que especificar lo que se vende. Nosotros por ejemplo tenemos una sección de artículos de tara o muestras procedentes de exposición que se venden mucho más baratos y sobre todo la importación de género procedente de stocks, lo que nos permiten dar muy buenos precios, que es lo que la gente que viene a los outlets busca».

El precio es también el atractivo que ofrece una tienda de colchones y productos de descanso de Alicante. Sonia Rodríguez, del departamento de marketing de la firma, señala que aunque hace unos años más gente demandaba los productos outlets, los clientes siguen buscando buenos precios. «Contamos con productos de bajo precio por ejemplo por estar ya descatalogados, lo que permite venderlos a mitad de precio, así como los canapés o colchones procedentes de exposición», señala Sonia Rodríguez, para añadir que «contamos además con otra tienda de liquidación para dar salida al stock con colchones a partir de 30 euros».

«Porque lo merezco»

Para los clientes, sin embargo, no siempre es un buen negocio. Los expertos advierten de que el 95% de las compras en los outlets son impulsivas. El catedrático de Organización de Empresas en la Universidad Miguel Hernández de Elche, José María Gómez Gras, ha señalado en este sentido que «aunque creo que los outlets de internet durarán más, los outlets físicos seguirán existiendo mientras dure la pulsión por los precios reducidos. Es la emoción que siente la gente cuando, sin necesitar algo, lo compra de forma compulsiva porque vive en una economía de oferta y considera que hay que aprovecharla aunque no necesite el producto», añadiendo que «te ponen los atractivos a la cara, para pulsar la pasión, el porque yo lo merezco, sobre todo con las marcas. Se busca una compensación al estrés».

El catedrático indice además en el hecho de que, frente a otras épocas en las que nadie hubiera admitido comprar en rebajas o liquidaciones, «hemos perdido el pudor a comentarlo, disfrutamos hablando de los chollos que conseguimos, parece que somos más listos». Gómez Gras cree que en este tipo de compras en las que priman los impulsos «es muy importante el diseño de los outlets. Si un outlet vende es porque ha conseguido enganchar a los clientes en ese impulso y ha logrado aunar un diseño y una estética que anima a consumir y que, además, no te importe contarlo sino que disfrutes y quieras contarlo».

José María Gómez Gras pone el ejemplo de una tienda de calzado de lujo en Hollywood «que al acabar la ceremonia de los Oscar a las doce de la noche abre para las famosas y les ofrece descuentos, y éstas acudían corriendo aunque muchas son enormemente ricas y no necesitan buscar chollos». Pero, ¿quién vence el impulso?

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