Los regantes que reciben agua del trasvase Tajo-Segura exigen al Ministerio de Agricultura que incorpore la desaladora de Mutxamel (parada tras una inversión de 93 millones de euros) al conjunto de medidas puestas en marcha para tratar de mitigar los graves efectos que está provocando la sequía en el sector agrícola de Alicante y Murcia. El cierre del trasvase ha llevado a los agricultores a una situación agónica hasta el punto de que se estima que son necesarios 60 hm³ de agua para poder salvar 44 millones de árboles frutales.

La desaladora de Mutxamel se encuentra inmersa en un entramado legal complicado ya que forma parte de la "solución trasvase Júcar-Vinalopó", pero permanece parada porque no se ha firmado el convenio que regule los usos del agua relativos al trasvase. Este diciembre se han cumplido dos años desde que comenzaran las negociaciones para negociar un convenio que sigue sin concretarse.

La capacidad de producción de la planta de Mutxamel es de 18 hm³ al año y hasta sólo se ha recurrido a ella en una ocasión, hace dos años, cuando hubo que enviar 5 hm² a Benidorm para evitar cortes de agua.

Lucas Jiménez, presidente de los regantes del Tajo-Segura insiste en que las desaladoras "se pongan a pleno rendimiento de producción", Mutxamel y Villaricos (Almería). "Si la cosa no cambia, en el horizonte se dibuja la necesidad de un trasvase de socorro. No pedimos algo ilegal, estamos pidiendo agua y la aplicación exacta y conforme a ley de las tarifas", ha subrayado.

"Entendemos la desalación y la vamos a asumir", pero "jamás vamos a renunciar a cualquier derecho al agua del trasvase Tajo-Segura que ha sido peleado y pagado durante tantos años para cambiarlo por recursos procedentes de la desalación", ha señalado, para insistir en que éste "es un tema de Estado", pues el agua es un bien público "y debe de circular por todas partes del país independientemente de que en esa parte llueva más o menos", subraya Jiménez.

Sobre la manifestación celebrada el 19 de diciembre en Murcia en la que solicitaron el cese del presidente de la CHS, Miguel Ángel Ródenas, ha señalado que éste tendría que tener sensibilidad hacia el regadío, "ser ágil y valiente en la toma de decisiones".

Lucas Jiménez ha asegurado, por otro lado, que los ecologistas "ha ganado, ciertamente, la partida" del agua en Bruselas porque "se ha criminalizado el mundo del regadío, cuando debería ser lo contrario; solo pasa aquí, en esta Europa de progreso", ha manifestado irónicamente.

"Si las directivas europeas no son sensibles y no se adaptan a las necesidades de cada uno de las regiones de esos estado miembros es evidentemente que algo se ha hecho o se está haciendo mal allí o no se está sabiendo transmitir las necesidades reales de estas regiones", ha señalado.