El 12 de enero Ángela Nieto recogerá de las manos del presidente Peña Nieto el premio México de Ciencia y Tecnología. Uno de los galardones más importantes que ha recibido en su larga carrera como investigadora.

Nieto llegó al Instituto de Neurociencias en el año 2004 tras la insistencia de su entonces director, Carlos Belmonte, para que ella y su marido, el también investigador Juan Lerma, dejasen Madrid y trasladaran sus laboratorios a Alicante. «Estuvo cinco años diciéndonos que viniéramos. Al final nos convenció y nos trasladamos con todos nuestros equipos, yo con 14 personas y Juan con 10». Nieto recuerda con mucho cariño esta etapa. «Fue una mudanza a lo grande porque nos trasladamos todos a la vez. Un camión llevaba los ratones, otro los peces, otro refrigerado para las muestras y en otro iban los muebles de todas las familias. Hubo que buscar guarderías, colegios. Había maridos que dejaron sus trabajos en Madrid para venir a Alicante». Una logística increíble «que no impidió que en 30 horas el primer experimento se pusiera en marcha». Años más tarde, de 2007 a 2016, Lerma sería director del Instituto de Neurociencias, periodo en el que el centro «ha crecido y consolidado e incluso conseguido la distinción de Centro de Excelencia Severo Ochoa, otorgado por el Ministerio de Economía los mejores centros de investigación españoles de todos los campos».

El premio que ahora recoge Nieto supone toda una satisfacción para la investigadora. «Me hace mucha ilusión recogerlo porque los científicos premiados con anterioridad son muy importantes en sus respectivos campos». Doble satisfacción teniendo en cuenta el escaso número de mujeres que lo han recibido. Para Nieto, este es un premio a las decenas de personas que conforman su equipo y a las que han pasado por su laboratorio durante todos estos años haciendo tesis y estancias postdoctorales.