Los cerca de 30.000 euros anuales que se ahorrarán con el próximo cambio de sede la Mancomunidad de l'Alacantí se destinarán a control de plagas en la comarca, incluido el mosquito tigre. La entidad dejará próximamente su sede en la Casa Carbonell, que fue la condición que puso el Ayuntamiento de Alicante para no abandonarla, y como una forma de evitar gastos superfluos. Aunque ayer no se decidió la nueva sede, lo que está claro es que dejará de estar en la Casa Carbonell puesto que los 1.500 euros mensuales que costaba su alquiler ya no aparecen en los presupuestos de 2018. A ello habría que sumar otros gastos en la actual sede.

El cambio se votará en la próxima reunión después de que los técnicos pidieran mas tiempo para valorar el coste del traslado. Entonces se aprobarán definitivamente los presupuestos, que ayer se votaron de manera provisional en un encuentro al que acudió el alcalde de Alicante. Gabriel Echávarri. Como alternativas para acoger la Mancomunidad se perfilan la antigua sede del Instituto de Ecología Litoral en la playa de Muchavista, El Campello, donde habría que realizar actuaciones de rehabilitación; o en el Ayuntamiento de Sant Joan, en el antiguo salón de plenos. Todo apunta a que irá a esta segunda opción.

En los próximos meses se tendrán que modificar los estatutos, en los que figura que la sede tiene que estar en Alicante. También se aprovechará para incluir nuevas competencias en relación a los cambios propuestos por la Generalitat. En este sentido, la Mancomunidad invitará a los pueblos de la comarca que actuamente no están integrados, como son Xixona, La Torre de Les Maçacanes, Aigues y Busot, para que se unan.