Tras once meses de duras y complicadas negociaciones y de un cruce de demandas repartidas por varios juzgados de Alicante, los cuatro hijos del expresidente de la CAM Vicente Sala y de María del Carmen Martínez han logrado alcanzar por fin un principio de acuerdo para separar sus intereses empresariales, el único nexo que le queda a una familia dividida en dos bandos que no se dirigen la palabra desde incluso antes del asesinato de la matriarca, ocurrido hace ahora un año en medio de un clima de crispación por el control del holding familiar.

El acuerdo se ha alcanzado esta misma semana y contempla la compra por parte de Vicente Sala Martínez del 60% de Samar Internacional S.L. (la mercantil del plástico) que juntas suman sus tres hermanas, Mar, Antonia y Fuensanta. Esta última casada con Miguel López, único sospechoso del crimen perpetrado en el negocio de automoción propiedad de la familia que administraba y que hoy ya no existe.

Uno de los principales escollos que se ha tenido que vencer para llegar a este acuerdo ha sido la valoración de la sociedad, cuya facturación el año pasado rondó los 260 millones. Aunque desde el principio de las conversaciones se han venido barajando cifras que en algún momento han estado por encima los cien millones, en el pacto alcanzado el valor que se ha acabado dando a la mercantil no ha superado esa cantidad, pero tampoco ha quedado muy lejos.

Separarse de sus hermanas

Con esta operación Vicente Sala logra el objetivo por el que viene luchando desde que murió María del Carmen: separarse por completo de sus hermanas, quienes apoyan sin fisuras a quien él considera responsable de la muerte de su madre, su cuñado Miguel.

Pero le pone también en la tesitura de tener que buscar financiación para hacer frente a un desembolso millonario. Según recoge el acuerdo marco, el 60% se lo pagaría a sus hermanas en metálico y prácticamente al contado aplazando sólo una cantidad simbólica teniendo en cuenta las cifras que se barajan en esta operación.

Para hacer frente al 40% restante, Vicente Sala utilizará su parte en las sociedades patrimoniales: la Compañía Española de Resinas, en la que la familia tiene agrupados todos los inmuebles excepto el complejo que levantó el expresidente de la CAM en Vistahermosa para que, aunque cada uno en casa, todos vivieran juntos, que conforman Afinhersa, otra mercantil. De todos los inmuebles se ha realizado una tasación para conocer su valor como moneda de cambio.

Aunque todos los extremos recogidos en este acuerdo, que se formalizó el miércoles 13, tienen aún que concretarse, por ambas partes ya han comenzado a darse pasos que demuestran la voluntad de que no se rompa un entendimiento que ha tardado tanto en lograrse.

Así, mientras Vicente Sala ha suspendido una demanda que interpuso en relación a Afinhersa, sus tres hermanas han hecho lo propio con la que presentaron contra él y contra Samar Internacional S.L en un juzgado de lo Mercantil en la que impugnaban el traspaso al primogénito por parte de María del Carmen Martínez de la acción de oro que le legó su marido, considerada el móvil del crimen. La demanda también se refería a los acuerdos adoptados por el hijo mayor haciendo uso del voto privilegiado, como la aprobación de las cuentas del entramado familiar en la junta de accionistas del pasado julio, entre otros.

Sólo el proceso penal

También se ha suspendido la demanda civil que Vicente Sala presentó contra sus hermanas por el incumplimiento del testamento de su padre, en el que expresidente de la CAM instaba al traspaso a su hijo de la participación de oro que le legaba a su mujer, algo con lo que las tres hermanas no están de acuerdo.

Sólo se mantiene por tanto la acusación que el primogénito ejerce contra su cuñado en el proceso penal por el asesinato de su madre, algo que desde el principio quedó fuera de la negociación.

El mutismo de los cuatro hermanos sobre este compromiso de acuerdo es total.

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