Del «Agua para todos» a arreglároslas como podáis. Este fue el mensaje que «trasladó» ayer la clase política alicantina (de Murcia no faltó ni uno cargo público, desde el PP a Podemos) a los agricultores de la provincia que a primera hora de la mañana ya estaban en Murcia para participar en la manifestación para pedir agua. En la marcha tan solo se vio a los alcaldes de Orihuela y Benferri. Al resto de los cargos públicos de municipios afectados -entre ellos Alicante y Elche-, Diputación y Generalitat se les echó en falta. No hubo huecos en sus agendas pese a que en las últimas semanas a todos se les ha llenado la boca de solidaridad por la escasez de recursos hídricos en el sur de la provincia de Alicante. El presidente del PP, José Císcar, dio su apoyo verbal desde Alicante, lo mismo que el de la Diputación, César Sánchez, que volvió a reclamar una reunión con el presidente Ximo Puig. Pero ninguno se movió de la provincia. Y tres cuartas partes de lo mismo los rectores de Agricultura y Agua en el Consell, alguno a tiro de piedra de Murcia, que tampoco ajustaron sus agendas para pasar la mañana en Murcia junto a los regantes.

La Unió de Llauradors recordó, por su parte, que los problemas hídricos en las comarcas del sur de Alicante afectan a más de 30.000 familias que viven directamente de la agricultura, y a otras muchas que dependen indirectamente de la actividad agraria, como es la industria auxiliar o del transporte. «Las administraciones públicas no pueden hacer oídos sordos a nuestras peticiones», subrayó Juanmi Montaner, portavoz de la organización agraria en Alicante.