Mayor libertad a cada colegio para diseñar su currículo; mejores profesores tras prácticas más exigentes; enseñanza gratuita desde los 0 años; pasarelas entre la ESO, la FP y el Bachillerato para no condenar a un itinerario fijo que se decide con 15 años; y plurilingüismo a la carta según lo decida cada comunidad autónoma. Son algunas de las propuestas con las que el conseller de Educación, Vicent Marzà, sentó ayer ante el Senado las bases que para él debe tener el futuro pacto educativo estatal, «social y pedagógico», concretó.

Marzà aclaró de entrada que comparecía «como conseller, como docente y como alguien apasionado de la educación», para situar en el centro del debate un modelo educativo «que se adapte al alumno», y crezcan como «personas» sin limitarse a acumular contenidos «como ocurre hasta ahora», admitió.

Para cambiar el modelo y poner el foco sobre los estudiantes desde un inicio, el conseller propone universalizar la enseñanza gratuita desde los 0 a 3 años. «No tiene ningún sentido que matricular a tu hijo en esta etapa educativa acabe siendo más caro que cursar un master universitario», señaló.

Tasas

El eje de su exposición ante los senadores descansó sobre la necesidad de favorecer una «igualdad de oportunidades» educativa, de ahí que abogara a su vez por rebajar las tasas universitarias, para que ningún alumno se vea expulsado por cuestiones económicas; así como por regular tanto los deberes como las actividades extraescolares.

El mismo día que en la comunidad madrileña se levantaba una polvareda por la libertad dada a los centros para regular los deberes, el conseller Marzà enfatizó ante el Senado que los alumnos que no tienen ayuda para hacer los deberes, o que no tienen acceso a actividades extraescolares de pago, son pasto del fracaso escolar.

Autonomía

También pidió mayor autonomía para los colegios. El conseller puso como ejemplo la reciente libertad de elección dada en la Comunidad a los colegios para 3,5 de las horas del currículo de Primaria, y se preguntaba sobre el porqué de este límite. «Los centros deben ser más autónomos y tener más margen según la tipología de su alumnado», abundó.

Por otro lado quiso huir de dicotomías entre pública y concertada. Tras dejar caer que estamos muy por debajo de la media europea, donde el 81% de la enseñanza es pública frente a nuestro 68%, Marzà apostó por «dignificar la red de escuelas públicas» para ofrecer la misma «calidad» en todos los colegios sufragados con fondos públicos. «Si nadie paga para acceder, nadie puede ser discriminado», enfatizó.

Plurilingüismo

Finalmente, y bajo la sombra de la paralización judicial de su decreto de plurilingüismo, el conseller demanda del futuro pacto educativo «un plurilingüismo real». Para eso reclama que en cada territorio «podamos decidir la política lingüística y los procedimientos para el aprendizaje de lenguas». Marzà no quiere injerencias.

Y así como arrancó poniendo el foco sobre el alumno, concluyó con la figura del docente. Más exigencias para ser profesor pero menos restricciones para que colaboren e innoven con «alegría».