Experto en nutrición e ingeniero. Hasta ahí cumple con un perfil, posiblemente, repetido en la sociedad. Quizá la segunda parte no. Jesús Pagán se desplaza a Alicante el miércoles para transmitir la idea que mueve su vida desde hace unos años: ha confeccionado un sistema que prepara miles de dosis de comida diarias para que la gente coma mejor por un euro el plato.

Conozco algún bar en San Vicente del Raspeig con ese precio.

En nuestro comedor se ha puesto de moda que venga una pareja y comparta plato. Cada uno sale a 250 gramos de lentejas y se va.

¿Alimentos ricos en nutrientes?

Tratamos de encontrar productores ecológicos utilizando la segunda.

¿La segunda?

Productos que tienen una forma distinta o que tienen un calibre diferente en un envase que iba a parar a Alemania y que no caben en un formato de plástico.

¿Qué es Foodtopia?

Quiere ser la fábrica alimenticia de un barrio. Este proyecto se inició en Alicante.

¿Sí?

En Mercalicante estuvimos como dos años intentando producir el alimento diario de una persona que tuviera calidad, aproximadamente, por un euro.

Y antes de la investigación, ¿cómo surge la idea?

De cuatro socios con una experiencia de 40 años en la industria de la alimentación. Uno es el eldense Norberto Navarro, otro es un rockero jubilado que vive en Roma, hay un matemático especializado en termodinámica de procesos y, por último, yo.

¿Qué les empuja a arrancar?

No gustarnos lo que vemos. Un grupo de ocho multinacionales decidían cómo comíamos en el mundo. Además, la industria consume el 30% de la energía mundial y es responsable del 40% de todas las patologías.

...

Nos basamos en una evidencia que, posiblemente, nadie vea: la sociedad se dirige a un colapso sistémico entre 2025 y 2030. Si en el año 51, cuando nací, no se llegaba a dos mil millones y ahora hay siete mil quinientos?

¿Qué?

Que se están consumiendo recursos que se consideran finitos.

Pues hay supermercados por todas partes.

Y cuando entras en uno ves, sobre todo, plástico y cartones. Si yo ahora te pregunto, que si por cuatro euros se puede desayunar, comer y cenar, ¿qué dice?

Suena demasiado poco.

Y si después le digo que el gasto del colegio, salir de copas o comer algo por ahí, la media fuera de dos euros diarios. También parece poco. Pero si juntas los dos números sale 6. Lo multiplicas por 4 miembros da 24. Y por 30 días al mes 720 euros. En un país dónde el salario base son 630.

Esto resulta difícil de digerir.

Además, está bien documentado que el gasto sanitario inducido por la dieta es de 320 euros por familia al mes. Con lo cual, el acto de alimentarse cuesta 1.040 euros por familia. Y esto es el principal motor de la exclusión social.

La comida ecológica, la más sana, es cara.

Por eso nosotros trabajamos con la mentalidad adelantada, como si hubiera ya un colapso sistémico. De ahí el precio y de ahí que vaya a instalarnos en el Carmen, un barrio de Murcia donde cohabitan unas 80 nacionalidades. Una de las iniciativas va a ser poner una hucha que permita que el que tenga más pueda introducir un euro para que nazca el plato pendiente (esta práctica filantrópica tuvo sus orígenes en Nápoles con el café) para alguien sin recursos.

¿La idea es extenderse por la geografía española?

Bueno, aquí hay dos posibilidades: o susto o muerte.

Bueno, cada vez hay más conciencia en la sociedad de que sería beneficioso para todos variar ciertos hábitos.

El ser humano tiene una capacidad de análisis brutal para describir la realidad (contaminación, pobreza, etc.) pero cuando toca pasar a la acción no hace nada.

Hay muchos fumadores que lo dejan.

Porque los niveles de conciencia son altos.

¿Y con respecto a cuidar el Planeta?

Es como si fuera un individuo de 75 años que ha fumado y bebido a morir. Cuando acude al Hospital lo único que le pueden dar es cuidados paliativos.

¿Algo a lo que agarrarnos?

Despertarnos del sueño de una noche de verano. Refugiarnos localmente y generar el máximo de soberanía.

¿Es optimista?

Soy tremendamente pesimista. Otro gallo cantaría si se mandara a casa a las grandes compañías. Evitaríamos consumismo y sufrimiento.