Las sanciones y la densidad del tráfico parecen estar sirviendo de estímulo para que los conductores levanten el pie del acelerador, a tenor de los datos de velocidad media de los vehículos en las vías de titularidad estatal publicados por el Ministerio de Fomento. Según esos datos, el año pasado el tráfico circuló en la provincia en torno a un 1% más lento que en 2015. Aunque hubo algunas excepciones, y a pesar de la levedad en la bajada de la velocidad, la tendencia fue bastante generalizada, y llamativa en tramos donde las circunstancias aconsejan aún más la precaución, bien por su volumen de circulación o por la existencia en ellos de controles.
Y es que carreteras con un tráfico más denso o donde hay radares fijos destacan por este descenso de la velocidad durante el año 2016. Un ejemplo muy significativo de ello es la A-70, la circunvalación de Alicante, donde coches y motocicletas circularon a una media de 103 kilómetros por hora, un 0,9% menos que en 2015, mientras que la reducción en los caminones fue de un 1,7%, hasta los 87,6 kilómetros por hora. En esta se dan esas circunstancias de saturación y control: por una parte, circulan casi 82.000 vehículos al día, con lo que las congestiones son frecuentes y el riesgo de choques por alcance es máximo; y por otra, aquí se encuentran dos de los radares que más sanciones generan en la provincia, en ambas entradas del túnel de Sant Joan.
También hubo bajadas de un 0,9 y un 0,7% en vehículos ligeros y pesados, respectivamente, en la velocidad en la N-332 entre Alicante y Torrevieja. En los primeros se quedó en 66,9 kilómetros por hora, frente a 62,5 de los camiones. Nuevamente se dan los mismos factores de peligrosidad y control; de hecho, entre la capital y Santa Pola la velocidad máxima ya está limitada a 80 kilómetros por hora. Además, ya existe un radar en el principal acceso a la villa marinera, al que ahora se suma otro en el enlace de la urbanización Gran Alacant. También es destacable, en este sentido, la puesta en marcha de otra estación de control de velocidad más en la variante de Torrevieja, tal y como ha informado este periódico.
El fenómeno se repite en otras vías problemáticas como la N-340 entre Crevillent y Orihuela, donde el descenso de la velocidad llegó a ser del 2% en el caso de los camiones, o en la N-332 a su paso por la Marina Baixa; también en la conflictiva N-344, que une las autovías A-31 y A-35 en el término municipal de Villena, la velocidad media bajó cerca del 1%. En otros tramos se mantuvo total o prácticamente invariable, como en el extremo sur del litoral por la N-332, a lo largo de toda la A-31 hacia Madrid o en los dos recorridos de la A-7 (hacia Murcia y hacia València por Alcoy).
La única excepción, aunque muy llamativa, es la N-332 en el extremo norte de la provincia, con un 2% más de velocidad (91 km/h) a la altura de El Verger. Curioso, cuanto menos, teniendo en cuenta la congestión de esta vía.
