Cuando a Jaime Cantó le llegó a principios de este mes la factura de agua de su piso no se lo podía creer: 2.964 euros del 26 de julio al 26 de octubre. A mil euros al mes en un piso de 60 metros cuadrados y un solo baño. Lo primero que pensó es que había un error del contador, un intercambio de facturas con el dueño de una mansión con piscina o una fuga en algún grifo, pero no. Tras una revisión de la instalación de los técnicos de la empresa suministradora, Aguas de Alicante, se vio que todo estaba correcto.

El problema parece ser otro. Y es que en ese periodo de tiempo el piso, ubicado en la calle Cardenal Belluga, estuvo alquilado y los inquilinos no recibieron de buen grado la decisión del propietario de no renovar el contrato, por lo que, tanto el dueño como Aguas creen que quizá dejaron abiertos los grifos a propósito como venganza y luego se marcharon sin pagar la factura.

Al margen de los motivos por los que se consumió tal cantidad de agua, el dueño considera que la empresa suministradora debería haberle avisado del elevado consumo antes y evitar que se acumulara. Los padres del propietario, ya que él se encuentra trabajando fuera, han reclamado en su nombre tanto ante Aguas de Alicante como ante la Oficina Municipal de Información al Consumidor, OMIC, dado que, a su juicio, «no es normal este consumo».

En su escrito de reclamación en la OMIC la madre de Jaime, Justa Miguélez, indica que «con independencia del problema de exceso de agua que corresponda a una negligencia del inquilino o a la deficiencia de la instalación, pienso que lo razonable es que la compañía hubiera avisado previamente de la anomalía para corregirla a tiempo y no esperar a completar la facturación».

Justa asegura que la vivienda dispone de un contador inteligente y cree que la suministradora debería haber detectado el exceso de consumo y haber avisado antes. En este sentido, indica que «en el piso que teníamos antes en Novelda con un contador no inteligente, un mes nos pasamos 90 euros y nos avisaron de inmediato, por eso no entiendo que ahora no nos hayan avisado».

Inspección

Desde Aguas de Alicante se ha indicado que cuando los dueños reclamaron a principios de mes sus inspectores comprobaron que tanto la instalación como el contador funcionaban bien y que el problema es que el consumo sí se produjo.

En cuanto a por qué no se notificó antes el gasto, desde la empresa se ha señalado que «el contador inteligente sirve para que cualquier cliente pueda comprobar el consumo en cualquier momento y desde cualquier lugar, pero nosotros tenemos 300.000 contadores inteligentes y es imposible que los controlemos todos».

Con todo, desde Aguas de Alicante se ha rebajado la factura mil euros como bonificación de tarifa por fugas y se ha acordado con el dueño del inmueble que el resto se pague en plazos mensuales.