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El Hospital General reduce en un 20% la repetición de un infarto a base de ejercicio físico

El centro desarrolla un programa de rehabilitación cardiaca con el que los enfermos comienzan a realizar deporte a los pocos días de recibir el alta

Los ejercicios se llevan a cabo, con seguimiento profesional, en el gimnasio del Hospital General de Alicante. PILAR CORTÉS

Menos muertes, menos recaídas y, en definitiva, una mejor calidad de vida. El Hospital General de Alicante desarrolla un programa enfocado a rehabilitar a los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio o una angina de pecho. Un programa que rompe con los esquemas tradicionales de qué hacer tras una enfermedad cardiaca y que se basa en que el paciente comience de inmediato a realizar ejercicio físico. Este cambio de «chip» ha demostrado dar buenos resultados, ya que este tipo de programas han probado que se logra reducir un 20% la mortalidad en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio o una angina de pecho y la repetición de nuevos eventos cardiacos. También se mejora su calidad de vida y la adherencia a los tratamientos.

Aunque el entrenamiento físico es el aspecto más importante de este tipo de programas, estos también incluyen charlas y consultas personalizadas para que el enfermo cambie su dieta y sus hábitos de vida

«Hace años se aconsejaba al enfermo que guardara reposo y que en adelante llevara una vida tranquila, sin hacer muchos esfuerzos», señala Vicente Arrate, coordinador del programa de Rehabilitación Cardiaca del servicio de Cardiología del Hospital General de Alicante. Algo que tenía su lógica, «si tenemos en cuenta que la mayor parte de los pacientes llegaban al hospital muy tarde y con corazón muy dañado tras el infarto». Sin embargo, gracias a los nuevos tratamientos, en especial a los cateterismos, y a la puesta en marcha de protocolos para asistir a los enfermos dentro de la hora y media posterior a sufrir un infarto, el pronóstico «es mucho más favorable y el enfermo se recupera mucho mejor».

A los pocos días

Los enfermos que ingresan en el Hospital General de Alicante tras un infarto comienzan a los pocos días este programa, primero asistiendo a unas charlas que organiza el servicio de Cardiología y en cuanto se pasa la fase aguda de la enfermedad, yendo al gimnasio. «Enseguida les ponemos a caminar y en cuanto sea posible empiezan con los ejercicios aeróbicos, como cinta bicicleta o pesas para mejorar el tono muscular. Incluso se les pueden programar intervalos, como subir y bajar escaleras o correr un poco».

De manera paralela, los pacientes asisten a distintas charlas sobre cómo afrontar el día a día tras un infarto y van a consulta con una enfermera para cambiar sus hábitos en cuanto a alimentación. Y es que la dieta es quizá lo que más tiene que cambiar el paciente de cara a no repetir un infarto. Sin embargo, «la enfermera siempre aconseja al enfermo en base a sus gustos y necesidades de manera que la nueva dieta se adapte a él en la medida de lo posible», señala Vicente Arrate.

Cerca de 200 pacientes cada año participan en este programa de rehabilitación cardiaca del Hospital General de Alicante. Enfermos a los que en un principio les choca mucho que su médico les aconseje que hagan ejercicio casi inmediatamente después de recibir el alta. Y es que aún hay muchos falsos mitos que rodean esta enfermedad. «En general tienen mucho miedo y creen que ya no van a poder realizar deporte e incluso que no pueden mantener relaciones sexuales o trabajar». Arrate insiste en quitarles esas ideas de la cabeza. «Les damos confianza para que traten de llevar una vida lo más normal posible, ya que a partir de la semana siguiente al infarto se pueden mantener relaciones sexuales y en un mes, a trabajar».

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