El pleno de ayer terminó con la reprobación del alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, con los votos a favor de toda la oposición, a excepción de la abstención de Sepulcre.

Toda la oposición, con ideologías tan dispares como las de PP, Guanyar, Ciudadanos, Compromís y la concejala no adscrita Nerea Belmonte; se unió ayer en el Ayuntamiento de Alicante para reprobar al alcalde por segunda vez en el último mes y para pedirle su dimisión.

¿En qué consiste una reprobación?

Se trata de una figura política que no está recogida en ningún reglamento. La moción se presenta por parte de la oposición y, para llevarse a cabo, debe ser votada por mayoría de los miembros del pleno. Podría considerarse como una forma pública de expresar el descontento de la oposición con las actuaciones o decisiones de un miembro de la corporación.

¿Qué efectos tiene?

En España la reprobación política, como es la de el alcalde de Alicante en este caso, no es más que un tirón de orejas al cargo político en cuestión. Y no tiene más trascendencia que afearle su conducta. Si una moción de censura se gana, o una de confianza se pierde, el protagonista tiene que irse. Sin embargo, en las reprobaciones no. La persona reprobada puede continuar en el cargo y quedarse mudo, como ocurrió ayer. O como pudo verse en el Congreso de Diputados el pasado junio con la reprobación del Ministro Cristóbal MontoroCristóbal Montoro.