«Se levanta la sesión». Éstas fueron las cuatro únicas palabras que el alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, pronunció anoche durante el segundo pleno de la jornada, en la sesión solicitada por el PP para «analizar la crisis institucional generada en el seno del equipo de gobierno, la paralización de la gestión municipal y la viabilidad de un gobierno con solo seis concejales».

De nuevo, como ya ocurrió en el Debate sobre el Estado de la Ciudad celebrado el pasado año, Echávarri optó por guardar un controvertido silencio, dejando su defensa en voz de la portavoz del gobierno, la socialista Eva Montesinos. Con un gesto impasible que contrastó con su semblante animoso a lo largo del primer pleno ordinario que se prolongó durante unas doce horas, Echávarri siguió en silencio la sesión en la que toda la corporación se unió solamente para pedir su dimisión, tras votar en el primer pleno del jueves a favor de su segunda reprobación en el último mes.

Todos menos el tránsfuga Fernando Sepulcre (ex de Ciudadanos y a sueldo del PP en la Diputación de Alicante), que se mostró amable con el alcalde, asegurando además que «el problema de fondo», en alusión a la ingobernabilidad, «seguirá» con independencia de que el regidor socialista renuncie a su cargo.

La corporación municipal, Sepulcre al margen, cerró filas ayer contra Echávarri y volvió a exhibir su desunión de cara a un futuro. Ciudadanos, en el gesto más novedoso, rechazó la mano que le tendió Compromís, argumentando directamente, sin tapujos ni eufemismos, que no tienen «nada que hablar» con un «partido nacionalista».

Pese a esa negativa, Compromís, a través de su portavoz Natxo Bellido, volvió a dirigirse a Ciudadanos en su segunda intervención, pero de nuevo obtuvo la misma respuesta con otras palabras. «Señor Bellido, sabemos que está desesperado por ser alcalde, pero espere a ver qué dicen las urnas en 2019», señaló la portavoz de Cs, Yaneth Giraldo, quien dejó negro sobre blanco que su formación no tiene ninguna intención de colaborar en la refundación de un nuevo gobierno de izquierdas si Echávarri decidiera renunciar a su cargo ante la situación de soledad que ayer volvió a transmitir, estando al frente de un gobierno de solo seis concejales, con 23 en la oposición.

Sin embargo, el grupo municipal socialista descartó ayer de nuevo ese adiós. Ante el silencio del alcalde, lo verbalizó la portavoz del gobierno, Eva Montesinos, quien aseguró que el ejecutivo local está hoy, con seis miembros, «mejor que hace 15 días», en evidente alusión a la salida de Compromís y sobre todo de Guanyar, un socio sobre el que vertió su principal crítica. «Hemos pasado un calvario con ustedes. Ahora nos hemos privado de su radicalidad. En Alicante, no necesitamos la tasa turística, hemos tenido la 'tasa Pavón', nadie ha perjudicado más a la ciudad que usted, nadie ha dañado más a la izquierda que usted», prosiguió Montesinos, quien censuró la actitud de sus excompañeros de gobierno por la decisión tomada este mes de dejar el gobierno tras el procesamiento de Echávarri por presunta prevaricación. «Están ya en campaña electoral, han abandonado a la ciudadanía que les votó. Nosotros estamos abiertos a lo que pueda ser bueno para la ciudadanía», continuó Montesinos en un intento de abrir una vía de diálogo, que previamente, ella misma, ya había cerrado con ataques al PP y Ciudadanos, además de a sus dos exsocios de gobierno. Al PP le acusó de proponer el pleno extraordinario celebrado ayer para que siga habiendo «ruido» en torno al gobierno de Alicante y a Cs le achacó falta de trabajo durante los dos años y medio que ya se prolonga el mandato.

El PP y Guanyar, en los extremos ideológicos en la corporación municipal de Alicante, se unieron ayer para reprobar al alcalde por segunda vez en el último mes, para pedirle de nuevo su dimisión y también para tirar de memoria y recordar dos polémicos episodios protagonizados, presuntamente, por Echávarri. Barcala relató que tiempo atrás ambos se cruzaron en Santa Cruz y el socialista le espetó: «¡No me miras a la cara!».

Unas palabras que, según el popular, no obtuvieron respuesta alguna para evitar males mayores. «Es que tenemos un alcalde que es un aficionado a las broncas callejeras, un déspota, el peor alcalde de la historia de Alicante, al que ya no le queda ni dignidad ni escrúpulos», prosiguió Barcala en la intervención más dura de la noche, superando el tono esperado de Pavón, que en el segundo pleno de la jornada, el dedicado a tratar la situación del gobierno municipal tras la ruptura del tripartito, estuvo especialmente templado, en una actitud que sorprendió a los presentes. Con todo, el líder de Guanyar, al igual que había hecho minutos antes el portavoz popular, también recordó otro polémico episodio vivido con el alcalde. «A dos centímetros de mi cara, me dijo: 'Estamos hartos de ti, vete ya'», rememoró Pavón, quien explicó que no lo había hecho público antes para evitar generar más ruido en torno al equipo de gobierno.

El portavoz de Guanyar acusó a Echávarri de haber «jugado sucio» con ellos durante este mandato, además de culparle de «escorarse a la derecha», recordando los inicios políticos del alcalde en Unión Valenciana. «Es su ADN», añadió Pavón, que a su vez fue blanco de las críticas también de Compromís, en un cruce de palabras que, como apuntó Barcala, evidencia que la refundación de un gobierno de izquierdas, si Echávarri dimitiese, no sería tarea nada sencilla. Bellido señaló que para los alicantinos sería «un susto» que la vara de mando pasara de manos de Echávarri a Pavón.

Ambos, el socialista y el líder de la marca blanca de EU en el Ayuntamiento, fueron protagonistas del pleno. Echávarri, de nuevo en silencio durante la sesión que sirvió para tratar la crisis municipal, sumó su segunda reprobación en apenas un mes y volvió a escuchar, incesantemente, la petición de dimisión. Pavón, por su parte, salió del Ayuntamiento escoltado por agentes de la Policía Local, una protección que solicitó ante el temor a una posible agresión al sentirse amenazado por los estibadores.

Desde el bando de los trabajadores del Puerto se le dirigieron ayer palabras como «mentiroso» y «sinvergüenza» durante el debate de una declaración institucional a favor de la actividad portuaria. Horas después de ese tenso momento, Pavón abandonó sin problemas del Ayuntamiento. Ya era noche cerrada en Alicante.