El pleno de la Cámara de Comercio de Alicante se ha sumado a la cruzada puesta en macha por los regantes para asegurarse el suministro hídrico de la agricultura con un manifiesto en el que exigen al Gobierno que active, de una vez por todas, la interconexión de las cuencas y promueva un Pacto Nacional del Agua para acabar de una vez por todas con un problema que afecta al futuro de la provincia de Alicante.

El sector agroalimentario en la Comunidad Valenciana representa el 20% de las exportaciones, el 8% del empleo directo y el 6% del PIB y en la provincia de Alicante, el valor de las exportaciones de productos agrícolas y hortofrutícolas supera los 950 millones de euros, "representando el 26% de nuestras exportaciones", según reza el manifiesto de la Cámara.

La Cámara reclama en su manifiesto "nuestro derecho al agua y manifestar expresamente nuestra preocupación y crítica por la ausencia de iniciativas políticas encaminadas a resolver, o al menos, paliar, el grave problema de sequía y estrés hídrico que padece Alicante".

La falta de agua esm según subraya la Cámara, la mayor amenaza para el futuro de la provincia de Alicante. "Tenemos derecho a exigir que se nos garantice la seguridad hídrica, la seguridad en el suministro de caudales de una forma eficiente, equitativa y sostenible para asegurar nuestro futuro".

La Cámara denuncia la falta de gestión y gobernanza del recurso, exigiendo solidaridad al resto del Estado y también dentro de nuestra Comunidad Valenciana. "Corresponde al Estado, en aplicación del artículo 149.1.22ª de la Constitución Española, ordenar toda esta problemática y asegurar una distribución equitativa de los recursos y aprovechamientos hidráulicos disponibles en el Estado español", asevera.

En definitiva, medidas a medio y largo plazo, en concreto que se negocie y elabore un Pacto de Estado que incorpore un Plan de infraestructuras hidráulicas integral que estructure todos los recursos.

"Necesitamos un plan de infraestructuras hidráulicas con interconexión de todas las cuencas, que trabaje en obras nuevas que sirvan para canalizar las aguas superficiales, que apueste por la depuración y la desalación (como complemento para suministro urbano), que potencie la reutilización de los recursos disponibles, que eduque en el ahorro de agua y que optimice los aprovechamientos subterráneos, que se permita la cesión de derechos a través del Tajo- Segura e incluso de la demarcación hidrográfica del Júcar, avanzar y concluir el proceso de modernización de regadíos", subraya la Cámara en su escrito.

"Pero hay que ser conscientes de nuestra realidad, nuestros recursos hídricos disponibles autóctonos son escasos, limitados y notablemente insuficientes para hacer frente a nuestras necesidades. En consecuencia, cualquier futuro ligado al campo pasa necesariamente por el aporte de otras cuencas excedentarias. Sin agua no podemos continuar la actividad agroalimentaria".

El problema del agua en la agricultura de la provincia de Alicante no sólo ralentiza el crecimiento económico del sector, sino que lo está debilitando lentamente, con declives graduales de la superficie agraria útil disponible (con reducciones de la superficie superiores al 30% durante los últimos 10 años). Estamos ante un triple problema: escasez, elevado precio y mala calidad.

El problema del agua está en toda la provincia, pero principalmente en la comarca de la Vega Baja, que representa el 50% de la renta agraria de esta provincia. En este sentido, la dependencia con el acueducto Tajo-Segura es directa e inmediata. Del trasvase Tajo-Segura dependen 26.000 regantes de Alicante, 19.000.000 de árboles frutales, 57.439 hectáreas de cultivo, 18.450 empleos directos y 7.500 puestos de trabajo que la agricultura proporciona en otros sectores.

El problema esencial en la provincia de Alicante es que nuestras precipitaciones son escasas. Tenemos una demanda media de recursos hídricos en torno a los 1.300 hectómetros cúbicos y somos capaces de generar en un año con precipitaciones medias, alrededor de 655 hectómetros cúbicos. En consecuencia, tenemos un déficit estructural y permanente que oscila entre los - 300/600 hectómetros cúbicos cada año.

A pesar de esta adversidad, Alicante y el sureste español se han convertido en la "huerta de Europa". En nuestra zona, el regadío es especialmente productivo, dado que disponemos de unas condiciones climáticas excepcionales, en términos de potencial lumínica, de fotosíntesis y horas de sol, excepcionales y muy adecuados para desarrollar una agricultura de vanguardia, competitiva, de calidad y de elevado valor comercial.

No obstante, la grave sequía, el "cierre" del trasvase Tajo-Segura y la falta de gestión del recurso y gobernanza del agua en nuestro país, han provocado una situación histórica de emergencia en cuanto a la falta básica de recursos hídricos en este final de año 2017, que pone en grave riesgo la subsistencia y continuidad del sector agrario, de frutas y hortalizas, en la provincia de Alicante.

El agua es esencial para la vida, el agua es el elemento determinante para el bienestar, la creación de riqueza y de empleo y el mantenimiento del paisaje, conservación del medio ambiente natural y los ecosistemas en el conjunto de la provincia de Alicante, concluye la Cámara.