«Plaza del Santísimo Desmadre. Llamada así desde que en el siglo XXI los mandamases del Ayuntamiento permitieron a sus amigotes del ocio acampar a sus anchas con veladores, música a todo volumen y horarios abusivos». Ésta es la «nueva» denominación que los vecinos del Casco Antiguo han dado a la plaza de San Cristóbal, que se ha convertido en uno de los numerosos espacios que han rebautizado con carteles caseros pero muy bien conseguidos en la imitación de los originales. Es una forma muy gráfica de hacer patente su protesta contra el botellón, los ruidos, los orines y la suciedad a las puertas de sus casas.

Gracias a esta nueva cartelería con la que amaneció hace unos días el Barrio, alicantinos y turistas se encuentran ahora en el Casco Antiguo con las calles del Vómito y del Tumulto; el Paseíto de las Ratas; la plaza del Hurto al Descanso; la calle del Perpetuo Grito; del Vandalismo; de los Orines; la plaza de las Broncas; el callejón del Cubalitro; la avenida de la Mafia Alcoholera; y hasta la calle del Manneken Pis.

Detrás de esta crítica a los desmanes del botellón está una plataforma anónima de vecinos que firman sus acciones como «Movimiento Vecinal de Autodefensa del Casco Antiguo de Alicante (Movaca)», que el pasado mes de mayo ya organizó una cacerolada, hartos de los ruidos y la suciedad que sufren cada fin de semana por lo que consideran «ocio descontrolado». En aquella protesta, empezaron en la calle Toledo a hacer sonar sus cacerolas y portaban pancartas con los mensajes «Derecho a descansar», «Basta ya de meadas», «No más agresiones» o «Más presencia policial», que pasearon, sin incidentes, ante decenas de jóvenes que se concentraban de fiesta.

La firma de este colectivo, Movaca, vuelve a aparecer ahora en cada cartel, con el mensaje: «contentos nos tenéis».

Al igual que ocurrió con aquella movilización pública, la asociación de vecinos Laderas del Benacantil se desvincula de esta protesta más silenciosa pero muy llamativa, aunque la respalda totalmente. «No es iniciativa nuestra pero la apoyamos totalmente», afirma Silvia Pardo, presidenta del colectivo vecinal.

De esta asociación también forma parte el ceramista José María Morán Berruti, quien destacó el valor de las acciones que está llevando a cabo esta plataforma de vecinos reivindicativos anónimos. «Es gente que se ha agrupado en torno a una idea de denuncia. Nosotros como entidad de representación vecinal ya sabemos de leyes más que el Ayuntamiento, y no nos fiamos de ellos. No pueden silenciar a la gente, que busca su vehículo de expresión y denuncia. Lo importante es el mensaje, es lo que queda».

Laderas del Benacantil se queja de que la gente que sale de ocio por el Casco Antiguo «está asalvajada» y «no respetan nada». «Las autoridades tampoco hacen mucho y con el panorama actual aún menos», afirma Morán Berruti, quien asegura que al menos el concejal de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, estaba de acuerdo con los vecinos en algunas reivindicaciones cuando era concejal de Urbanismo. «Aunque no sacáramos partido, al menos encontrábamos eco. Ahora no», dijo en referencia al gobierno local socialista que se ha quedado solo en el Ayuntamiento.

Mudanzas

Los vecinos hablan de lucha reivindicativa porque «en el Casco Antiguo hay injusticia, no se cumplen los derechos desde hace mucho tiempo». En este sentido, aseguran que quienes residen en el Barrio sienten acoso por parte del ocio descontrolado hasta el punto de que, aseguró, están empezando a poner en venta sus casas para mudarse a otro punto de la ciudad donde se pueda descansar.

«En la calle Toledo hay en venta varias casas. La gente lo está pasando muy mal. Hay familias que viven su drama en silencio y parejas que se habían venido aquí para iniciar su proyecto de familia, con lo que una nueva vida había empezado a implementarse en el Casco Antiguo. Ahora quieren irse. No nos dejan respirar ni vivir porque hay gente joven que es muy incivilizada».