El penoso aspecto que presenta desde hace más de siete meses la plaza de Calvo Sotelo, elemento protegido en pleno centro de Alicante que data del siglo XIX, tiene los días contados. El Ayuntamiento ha decidido iniciar por el procedimiento de emergencia las obras de recuperación y consolidación del muro, precintado y vallado por los Bomberos desde mayo tras venirse abajo en varios tramos, dado el peligro que, según los técnicos municipales, puede tener el actual cerramiento para las personas.

En un principio, la intervención se había incluido entre las inversiones sostenibles, que en todo caso se tienen que iniciar antes de acabar el año, pero la tramitación se está retrasando, de ahí que el grupo de gobierno socialista haya decidido agilizar el proceso. Las obras se aprobarán por urgencia en la Junta de Gobierno de hoy y empezarán seguidamente.

Los operarios municipales han reforzado el vallado que ya pusieron los Bomberos para evitar el riesgo de nuevos desprendimientos y precintado la zona objeto de la reforma, que afectará a las 69 pilastras existentes «realizando reparaciones en la barandilla, la pilastra y la corona, en función del estado de conservación de cada una».

Los técnicos municipales han observado que una gran parte de las pilastras y sillares que componen el cerramiento se encuentran en estado «muy deficiente» y consideran que la causa está en la corrosión de las piezas metálicas en contacto con la piedra, a lo que se suman los actos vandálicos.

El ya exconcejal de Urbanismo Miguel Ángel Pavón, que ha dejado su función al salirse Guanyar del equipo de gobierno, ya dijo que se iban a adjudicar en breve explicando que la rehabilitación debía correr a cargo de un equipo de expertos que han estudiado lo que hacer en cada punto del muro.

Las obras respetarán este proyecto, basado en la protección del enclave y con cargo al presupuesto de la Concejalía de Urbanismo, con la diferencia de que se acometerán por urgencia en lugar de a través de las inversiones sostenibles, cuya tramitación está siendo más lenta. La intervención afectará a toda la plaza.

El alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, ha decidido ejecutar la intervención por el procedimiento de emergencia porque «la intención de este equipo de gobierno es agilizar todo lo posible aquellas obras necesarias que estaban paralizadas», explica Echávarri, en un crítica directa al trabajo que realizaba la Concejalía de Urbanismo con Pavón.

«Vamos a centrarnos en tratar de dar solución a los problemas que tiene Alicante, en los problemas del día a día que afectan a los ciudadanos. Una plaza como la de Calvo Sotelo no puede presentar ese aspecto, hay que arreglarla. La plaza de Calvo Sotelo será la primera pero no la última que se repare para mejorar el aspecto de la ciudad», ha dicho.

Durante las obras, uno de los accesos laterales a la plaza, el más próximo a la calle San Francisco, quedará inutilizado. En la parte interior de la plaza, el precinto se extiende hasta los bancos para que nadie entre en la zona de obra.

Con este proyecto se pretende dar solución a los tramos del muro de la céntrica plaza que llevan desde mayo acordonados por los sucesivos derrumbes. Hay piedras de los sillares en el suelo y en un tramo falta incluso la barandilla. Todo el muro que rodea la plaza de Calvo Sotelo está en muy mal estado, desconchado, lleno de grietas, un estropicio que se agrava con el paso del tiempo ya que la última intervención que se realizó en el cerramiento data del año 2002.

Las obras de emergencia costarán 41.000 euros aunque otras actuaciones que se harán con posterioridad elevarán el coste a 50.000 euros. En el pleno de julio que dio luz verde a las inversiones se consignaron sin embargo 61.000 euros para Calvo Sotelo.

El plazo de ejecución será de dos meses, es decir, que se meterán en Navidad aunque el Ayuntamiento estudiará fórmulas, de acuerdo con los técnicos, para que tengan el menor impacto posible.