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Alicante en su laberinto

La condición de ciudad encajada entre la autovía de circunvalación y el mar complica la circulación en una urbe que necesita un reordenamiento integral

Alicante en su laberinto

El hecho de que Alicante sea una ciudad encajada entre una circunvalación saturada de tráfico por el propio usuario local y por ser un corredor claramente turístico de paso de miles de vehículos en la zona del Mediterráneo y la pared que supone el mar, la han convertido en una ciudad dura para la movilidad, tanto para el peatón como para el conductor, que todos los días se enfrenta a interminables atascos al entrar y salir del casco urbano, sobre todo en las horas punta.

La solución de los carriles- bici fue un desastre, no existen vías alternativas y, por ejemplo, tampoco se practica algo muy habitual en las grandes urbes, como sucede, por ejemplo, en el Paseo de la Castellana de Madrid: habilitar carriles reversibles en función del tráfico.

La Gran Vía se bloquea en la entrada y salida de los colegios en horas punta, lo mismo que sucede con la Avenida de Dénia en Santa Faz y en su cruce con las avenidas de Villajoyosa y Juan Bautista Lafora. Pasos subterráneos, puentes, scalextrics... serían algunas soluciones a plantear, según apunta Lola Mula, presidenta de la asociación de autoescuelas Unión Vial, que junto a sus compañeros y alumnos, futuros conductores sufre, día a día, lo que significa moverse en coche por Alicante. «Faltan muchas cosas por resolver. Pasos subterráneos, carriles reversibles, puentes, ? porque la ciudad no es nada cómoda para circular».

La apertura del carril-bici de la avenida de Elche no ha aumentado, por ejemplo, la intensidad del tráfico en la avenida pero si la sensación de bloqueo, porque se ha reducido la velocidad de 80 km/hora a 50 km/hora. Además, los conductores reducen la velocidad por el «efecto muro» (seguridad), lo que según el ingeniero Javier García Barba, director de la Cátedra de Movilidad Vectalia de la Universidad de Alicante, «aumenta la sensación de un mayor tráfico».

García Barba explica que «la ejecución del carril bici provoca el llamado "efecto muro", por el que los conductores se separan y disminuyen su velocidad por seguridad frente a elementos fijos tales como muros, medianas con árboles o grandes plantas, así como en el caso de carriles-bici, intentando evitar la invasión de su automóvil en estos elementos, situación que ya se ha producido en varias ocasiones».

Cuello de botella

Sobre los problemas que se generan en la avenida de Dénia, cuya remodelación fue uno de los grandes aciertos de la entonces Conselleria de Infraestructuras, García Barba sostiene que «la avenida de Dénia ha facilitado un acceso de entrada/salida de Alicante rápido y correctamente organizado, si bien al final se encuentra con el cuello de botella al llegar hasta la Explanada (el vial con la mayor cantidad de vehículos por día en Alicante) en dirección sur, o con las rotondas de Santa Faz y el Hospital en dirección norte. La decisión sobre el futuro sobre la Explanada debe marcar la necesidad de nuevas y actuaciones en la avenida de Dénia»

Javier García Barba y Lola Mula consideran, por otro lado, que la finalización de la Vía Parque es clave para descongestionar la Explanada y aligerar la circulación por la Gran Vía. «Se debe finalizar el cierre completo de la Vía Parque, trabajo que se debiera haber llevado a cabo hace algún tiempo y que permitirá una reducción del tráfico en la Explanada y en Gran Vía, aumentando la velocidad media de circulación, tanto de los vehículos privados como del transporte público, circunstancia que, en este último caso, redundará en su mayor utilización», subraya García Barba.

El experto cree que, «una vez ejecutada la obra, la entrada en funcionamiento de forma completa de la Vía Parque permitirá una distribución del tráfico entre ambos viales, reduciendo el flujo circulatorio que en la actualidad se concentra en la Gran Vía».

Por lo tanto, para el ingeniero y profesor de la Universidad de Alicante, en principio no sería necesario nuevas actuaciones, si bien situaciones de peatonalización completa o parcial de diversas zonas de Alicante (ámbito de Explanada y Maisonnave) «podrían recomendar llevar a cabo actuaciones de mejora en la Gran Vía».

Otra de las grades asignaturas pendientes es la mejora de la entrada a la Universidad de Alicante, a cuyo campus acceden todos los días cerca de 30.000 personas entre alumnos, docentes y el resto del personal. La solución pasaría por la construcción de un túnel que permitiera el enlace de la avenida de la Universidad con la A-77 (Alcoy) en ambas direcciones y con el carril de aceleración lateral a la A-70 (circunvalación de Alicante) con dirección Murcia.

De hecho, hay varios proyectos de fin de carrera realizados por alumnos del Máster de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Alicante, que han estudiado y ofrecido respuesta a este complicado punto de salida en dirección a Alcoy o Murcia. «Aunque son trabajos académicos, serían relativamente sencillos de desarrollar en un nivel práctico, ya que incorporan la documentación básica necesaria para su ejecución, incluida una estimación del presupuesto de la obra», apunta García Barba.

En cuanto a la carretera de Ocaña, necesita una actuación integral en su entorno y en su sección transversal, mejorando y homogeneizando la capa de rodadura así como los arcenes y las intersecciones que dan acceso a la misma, de forma que la mejora la agradecerán todos sus usuarios.

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