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«El problema es que nos siguen educando como princesas»

Un centenar de jóvenes reclama un cambio en el modelo educativo como la vía para cortar con los malos tratos

Los jóvenes que participaron en el debate colocaron los nombres de todas las mujeres asesinadas este año. A la derecha, congreso del ADDA. i. ramón/p. cortés

«Yo no me visto para gustar a los chicos»; «Las mujeres no pedimos respeto, sino igualdad, que no nos pongan en una caja de cristal»; «Es indignante ver la cantidad de mujeres que han sido asesinadas por nosotros». Un centenar de jóvenes de entre 15 y 16 años, estudiantes de Bachillerato de tres institutos de Alicante y comarca, dieron ayer su particular visión sobre la violencia de género y pidieron un cambio en el modelo educativo actual, en el que los roles siguen pesando demasiado. Lo hicieron en el marco de la II Jornada Contra la Violencia de Género«Vuela libre», celebrada en el Hospital de Sant Joan. De forma paralela, más de 900 personas se dieron cita en el Auditorio de la Diputación para asistir a la XV edición del Congreso sobre Violencia de Género contra la Mujer, organizado por la institución provinal.

El día después de publicarse una encuesta del Instituto Reina Sofía que arroja resultados demoledores -un tercio de los adolescentes ve la violencia de género como una conducta normal en la pareja-, las opiniones de estos chicos han dejado patente que el problema preocupa a muchos de ellos y han puesto algunas soluciones sobre la mesa para atajarlo.

«Siempre se culpa a la víctima y no se tiene en cuenta que el chico ha tenido una educación previa», señala Carmen Rubiano. Precisamente la educación es uno de los factores en los que más inciden los adolescentes para cambiar el panorama. El problema, añade Rubiano, «es que a las chicas se nos sigue educando como princesas delicadas que deben esperar a que un chico las rescate». Roles sexistas que pese a su juventud ellas reconocen haber sufrido en forma de burlas por no quererse poner vestidos o jugar al fútbol.

En el debate de ayer surgieron casos reales de chicas acosadas por sus novios. Situaciones en las que los amigos juegan un papel clave. «Si ella no se da cuenta de que su novio la está controlando demasiado, los amigos tienen que abrirle los ojos», cree Nestor Maestre, para quien no no se debe ver como algo normal «el hecho de que tu novio te quiera controlar el móvil».

También se puso el foco sobre las relaciones sexuales y en especial sobre el estereotipo de «la primera vez». El sexo, afirma Victoria Álvarez, «es algo natural, la primera vez no tiene por qué ser especial». Néstor Maestre también quiso desterrar el mito de que los hombres tienen necesidades especiales. «Tenemos las mismas, por eso en las relaciones sexuales no debe prevalecer la opinión de él».

Los micromachismos también se colaron en el debate. Para muchas chicas que te piropeen en la calle resulta de lo más incómodo. «Realmente no sé que esperan que les contestemos. Son gestos que reproducen los valores de una sociedad patriarcal: tú mujer, eres mi objeto y puedo decirte lo que me da la gana», señaló una de las chicas del público. Situaciones que, a su juicio, tienen mucho que ver con la sexualización de la mujer. «La mujer está tan sexualizada que si enseñas algo de más se vuelven locos. Es lo que nos ha enseñado la sociedad y realmente nuestras tetas son igual que las de ellos», cree Sofía Ciudad.

Una chica del público lamentó que a las mujeres se les eduque en que deben vestirse o arreglarse para gustar a los hombres. «Al final hace que las mujeres compitamos entre nosotras y todo para que ellos disfruten. Es realmente tóxico». Previamente al debate, se celebró una mesa redonda sobre la violencia de género en la adolescencia. En ella se puso el foco en cómo las nuevas tecnologías han agravado el problema, se habló de la importancia de acabar con los micromachismos y de cómo los cuentos, los libros y las canciones que se escuchan desde pequeños van definiendo la personalidad de chichos y chicas.

En el XV Congreso sobre la Violencia Contra la Mujer organizado en el ADDA, la presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, Ángeles Carmona, alertó de que el 80% de los hechos delictivos no se denuncian e incidió en que para tener acceso a los recursos es necesario hacerlo. Repasó los principales puntos del pacto de Estado contra la Violencia de Género y destacó la importancia de que los jueces estén sensibilizados y formados para abordar esta lacra social y de que las mujeres se sientan protegidas durante el proceso. La capitán de la Guardia Civil Alba Garrido desveló que en estos momentos hay dos mujeres en riesgo extremo en la provincia; cinco en riesgo alto, 135 en medio; 581 en riesgo bajo y otras 844 en las que no se ha apreciado riesgo y defendió la valoración que se realiza. El congreso lo inauguró el presidente de la Diputación, César Sánchez, quien apeló a la «implicación de todos para acabar con el maltrato».

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