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Gabriel Miró: el problema no está en los veladores

Vecinos y comerciantes urgen una solución al entarimado que las raíces de los ficus han roto, a la desprotección de la fuente y a la falta de iluminación

El Ayuntamiento ha vallado la zona donde las raíces de los ficus rompieron el suelo de madera. pilar cortÉS

Vecinos, comerciantes y hosteleros de Gabriel Miró consideran más urgente que ordenar los veladores resolver definitivamente problemas como el entarimado de la plaza, que se colocó hace poco más de dos años y que se tendrá que volver a poner nuevo después de que las raíces de los ficus centenarios hayan levantado los listones de madera, provocando la caída de varias personas.

Este suelo se instaló a principios de 2015, cuando aún gobernaba el PP en el Ayuntamiento, y ha colapsado por la presión de las raíces de los ficus, que fueron rompiendo la madera. Finalmente los servicios de mantenimiento del Ayuntamiento optaron hace un mes por retirar los listones afectados y vallaron la zona a la espera de reparación.

El hasta ayer edil de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, explicó que de forma inmediata se hará una actuación, colocando una nueva tarima «con cierta inclinación, haciendo un pequeño puente y dejando más espacio para que las raíces puedan tomar oxígeno y no tengan que levantarse tanto». Según el edil, los técnicos piensan que puede ser la solución definitiva. «Se ha visto que no ha aguantado. Se pondrá menos relleno de arena debajo de la tarima para que las raíces puedan moverse».

Otros problemas que vecinos y comerciantes piensan que son más urgentes que ordenar los veladores son la pobre iluminación de la plaza, y la desprotección de la fuente de la Aguadora y de los propios ficus, de cuyas raíces hay personas que se cuelgan, según denuncia la restauradora Gabriela Córdoba. Este espacio público también adolece, según denuncian, de un problema de mendicidad, con personas que sobre todo en verano duermen allí aprovechando los numerosos recovecos, y que se bañan y lavan la ropa en la fuente, y «hacen sus necesidades» entre los jardines.

«La plaza no necesita que se quiten veladores sino un mejor mantenimiento. Aquí no hay problemas de ruidos ni altercados», señala Córdoba, al referirse al plan que recorta las mesas y sillas en la plaza en un 15%, además de obligar a dejar libre la parte central bajando los elementos a la acera. Unas medidas que ordenó por decreto el edil Miguel Ángel Pavón antes de dejar, ayer, el equipo de gobierno. La asociación La Aguadora, de la que forman parte vecinos y negocios de la zona, prepara junto a la Asociación de Restauración y Ocio un recurso «contra este ataque que nos hemos encontrado de repente». Aunque confían en que el edil del PSOE que asuma Urbanismo paralice la medida.

Vecinos y trabajadores de los negocios destacan que si no fuera por los veladores no habría vida en la plaza en invierno cuando anochece y afirman que no quieren recordar «la época en que Gabriel Miró era un lugar oscuro, con delincuencia y drogas», como declaró María Antonia Rivas, que vive muy cerca. Javier Mas, comerciante de la plaza, dijo que los veladores atraen a alicantinos y turistas, lo que supone «más movimiento y tránsito, y por tanto más seguridad y que sea menos conflictiva».

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